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Bayly ajusta cuentas con la sociedad peruana en 'El cojo y el loco'

El escritor estudia ser candidato a la presidencia de su país el próximo año.

Algunos creen que el escritor peruano Jaime Bayly en todas sus novelas hace un ajuste de cuentas con algo o con alguien. Ahora, en su último trabajo, 'El cojo y el loco', además de rendir cuentas con su padre, atiza a la estructura familiar de alta burguesía limeña, por castradora.


"Los ricos suelen ser muy estúpidos en el trato con el diferente. Los pobres suelen ser mucho más sabios para comprender la diversidad de la condición humana", argumenta el escritor y periodista.


Y es que Jaime Bayly (Lima, 1965) cree que los miembros de la alta sociedad limeña están encorsetados en sus prejuicios y son capaces de esconder o de no sentir emociones por la pura apariencia y el qué dirán. "Es todavía una sociedad machista intolerante y clasista", dice el escritor, que es miembro de esa alta sociedad.


Popular, polémico, controvertido, provocador y con una pluma aguda y sin tapujos, Jaime Bayly (Lima, 1965) en 'El cojo y el loco', que publica Alfaguara, narra de forma breve pero intensa y veloz la vida "sórdida" de dos desgraciados: "El cojo", que no nació cojo pero "nació jodido" porque su destino era ser cojo desde niño, y por ello no lo quisieron sus padres y le arrinconaron, y el loco.


El loco no nació cojo, pero sí bruto y feo a rabiar, y con una lujuria incontrolable. Por todo ello está condenado a vivir aislado, para ver si así se endereza su destino.


Dos jóvenes de la alta sociedad limeña a los que la crueldad en el trato de sus respectivas familias les convierten en seres marginales y sin límites. "Sus familias los condenan fuera del mundo por ser diferentes: cojos, maricas o lo que sea, y los tienen que esconder para que la sociedad no los vea. Y eso pasa", añade este escritor, que se está pensando si será candidato a la Presidencia de Perú para 2011. "No me imagino como presidente; pero esto de ser candidato servirá para que se hable del aborto, la no discriminación de los homosexuales, o el sueldo de los políticos", explica.