Cuti Vericad: "Lo mío es guerra de guerrillas"

Hay en el nuevo trabajo discográfico de Cuti Vericad ('En el árbol') una canción especialmente significativa: 'Mariel Hemingway', un cariñoso tributo a aquella actriz de serie B, nieta del célebre escritor. "Nunca nadie le ofreció su gran papel / nunca superó la fase telefilme (?) Tal vez Quentin Tarantino te rescate del olvido / y todos dirán que lo hacías muy bien". Al igual que Mariel -aunque salvando las distancias-, Cuti no ha disfrutado en su carrera musical de oportunidades de lucir su talento en primera línea de los focos mediáticos, circunstancia que no le ha impedido grabar en diez años cinco álbumes rebosantes de estupendas canciones.

En vísperas de marcharse a Brasil por una temporadita, el cantante, pianista y compositor zaragozano presenta esta noche en Arbolé el último fruto de su cosecha, el citado 'En el árbol', grabado en directo en esa misma sala hace poco más de un año. Se trata de un cedé más un deuvedé con diez composiciones nuevas y cuatro revisiones de piezas antiguas, interpretadas en formato de trío con sus inseparables Guillermo Mata al bajo y José Luis Seguer 'Fletes' a la batería. En el concierto de hoy, Cuti estará arropado por mucha más gente: además de su banda habitual, contará con un cuarteto de cuerda y un nutrido elenco de invitados, "músicos de mi quinta, que hemos crecido juntos, más algunos tótems sagrados". Ahí van nombres: Tachenko, María Luisa Usoz, Alfonso Casasnovas, Los Peces, Gabriel Sopeña, Juanjo Javierre y Fernando Martín (ex Desperados, y hermano del recordado Guille Martín).

Le preguntamos a Cuti si, tras los precedentes 'Psicoanálisis de un man' y 'Psicoanálisis de un man II', este disco cierra, de alguna forma, una trilogía, o una etapa. "No lo sé, puede ser. Estas composiciones creo que empiezan a gozar de un nivel de calidad que quizá no tenían las anteriores, en las que había más ingenuidad. Pero no hay un vínculo especial con lo anterior, ni supongo que con lo que vendrá". Porque, esa es otra, nuestro hombre es un prolífico compositor, hasta el punto de que "la mitad del concierto serán canciones nuevas, incluyendo cuatro con cuarteto de cuerda, algo que me apetecía hace mucho. Como fan de Elvis Costello que soy, quería experimentar con algo tipo 'Juliet Letters', aquella que hizo Costello con el Brodsky Quartet. Además, son canciones muy 'beatleanas', que nacieron preparadas para la orquestación; la primera vez que las ensayé con el cuarteto, casi me echo a llorar".

Referentes

En efecto, Beatles, Costello y Fito Páez son los tres focos básicos de influencia en torno a los cuales giran las canciones de Cuti, quien anuncia que tiene diez o doce nuevas ya maquetadas para el próximo disco, "con un sonido más cañero". No es el único proyecto en el que anda envuelto, pues además de tocar con bandas como Los Gandules o Il Cuesco, pertenece a una singular formación que actúa bajo diversos nombres: Compañía Aragonesa de Bluegrass, Socarracristos o Hillbilly Moongows. "Con el nombre hacemos rotaciones, como Pellegrini; tenemos ganas de grabar, pero hay que encontrar el momento. Tengo mucha fe en ese grupo", asevera.

Sempiterno francotirador desde las barricadas de la autogestión independiente, Cuti afirma que la cosa está peor que nunca: "El último año ha sido fatal, yo no había tenido tan poco dinero y tan poco trabajo desde que tengo uso de razón. Sobrevivo a base de guerra de guerrillas: 50 euros por aquí, 60 por allá. Está muy complicado. Yo estoy expectante con la movida de la desintegración de la industria musical: primero, porque no pertenezco a ella, al menos de forma directa; segundo, porque no sé dónde nos va a llevar todo esto, igual a un lugar mejor. Yo siempre he vendido pocos discos, pero es que además ahora hay muy pocos conciertos".