LITERATURA

Ángela Becerra: "La soledad no entiende de nacionalidades"

La escritora colombiana presentó ayer en Zaragoza 'Ella, que todo lo tuvo', una desgarradora novela que habla de la pérdida y el dolor

Ángela Becerra, durante la presentación de 'Ella, que todo lo tuvo' en Zaragoza.
Ángela Becerra: "La soledad no entiende de nacionalidades"
ESTHER CASAS

En su última novela, Ángela Becerra habla sobre la pérdida y la soledad, sobre la muerte y sobre el pecado de no apreciar la vida. La escritora colombiana presentó ayer en El Corte Inglés de Zaragoza 'Ella, que todo lo tuvo', un libro en el que aborda el dolor de una mujer que pierde todo lo que le importaba en un accidente de coche. No encuentra motivos para seguir viviendo, pero no tiene el suficiente valor como para dejar de hacerlo.

 

"Esta novela nació hace cinco años en Florencia. Estaba tomando un 'dry martini' en un bar, cuando entró una mujer distante, altiva y muy triste. En cuanto la vi supe que era un personaje de novela", recuerda Becerra. Esa mujer acabó convirtiéndose en Ella, "un ser humano destruido por su pasado que busca la paz entre los libros de una vieja tienda de la ciudad italiana".

 

Sin embargo, en ese bar florentino no solo nació un personaje, sino el sentimiento que será una constante a lo largo de toda la novela. "Allí había mucha gente y nadie hablaba. Era una historia de soledades que se rozaban, pero no llegaban a tocarse", añade.

 

Por su lado van pasando hombres que van mostrando diferentes caras de la soledad. Sin embargo, Ella es una mujer con una personalidad poliédrica que, a lo largo de la obra, acabará mostrando todas las caras de este sentimiento. "Quería hablar de la soledad porque no entiende de nacionalidades", comenta la colombiana.

 

Para acercarse al personaje, Becerra se recluyó durante dos meses en un hotel de Florencia. Igual que Ella, es una escritora colombiana que vive en Europa, de pequeña escribía cuentos, hizo un curso de restauración de libros y paseó por todos los lugares que aparecen a la novela. "Ella ha hecho lo que ha querido conmigo", afirma Becerra. Su personaje fue creciendo hasta un punto en el que es difícil separar realidad de ficción. Mientras escribía la obra, la autora le pedía consejo a una amiga suya que se dedica a la psicología. "Un día me preguntó si estaba hablando con Ella, con la Otra -como llama a la conciencia del personaje- o conmigo. Le dije que con las tres", bromea la escritora.

 

Y es que las partes reales le dan fuerza a las imaginarias. Es el caso de uno de los profesores del curso de restauración al que asistió, que acabó colándose en su novela. "Lo maravilloso de la escritura es que los personajes nacen y evolucionan por ellos mismos. Yo solo soy una mediadora en la historia", dice la colombiana.

De publicista a escritora

Hace una década, Ángela Becerra se dio cuenta de que el mundo de la publicidad le estaba alejando de lo que en realidad le hacía feliz: la literatura. "Cuando solo era una niña, el libro de Peter Pan me abrió un universo increíble y empecé a escribir". Desde entonces, nunca ha dejado de hacerlo, pero no se atrevía a publicar.

 

Sin embargo, su trabajo como publicista le ha sido muy útil para su ocupación actual. "No espero la inspiración, voy a por ella. Teníamos una fecha para acabar cada campaña, y la falta de inspiración no valía como excusa", afirma Becerra.

 

La autora no se arrepiente de los años que pasó creando anuncios, pero este giro que decidió dar a su vida le ha permitido escribir la novela que le hubiese gustado encontrar en una librería. Por último, la escritora resume el cambio: "en la publicidad no existe la poética, y yo soy una obsesa del ritmo de la escritura. Una palabra que no está en su sitio es como una nota mal tocada en una canción".