ESCOLAR

Un cuento lleno de magia

Pepe Matesanz escribió una historia para la clase de uno de sus hijos que ha acabado galardonada por la editorial Santillana y el Gobierno de Aragón

Pepe Matesanz y sus hijos, a los que dedica el cuento que escribió, en una selva distinta a la de su escrito: la de las riberas del Ebro.
Un cuento lleno de magia
JOSÉ MIGUEL MARCO

Érase una vez un padre, que viajó hace años a Costa Rica, de donde se trajo muchas experiencias? y una historia. La de un bosque que comenzaba a desaparecer y que, gracias a la campaña de unos niños de Suecia, logró salvarse y convertirse en la reserva boscosa privada más grande del mundo. Quince años después, ese padre busca la forma de contarle a sus hijos cómo es esa selva. Y lo hace a través de un cuento, que acaba casi como manual escolar y recibiendo premios educativos.

 

Los cuentos, como los sueños, a veces se cumplen. Y Pepe Matesanz lo sabe bien. Este profesor del Departamento de Ingeniería Química y Tecnología del Medio Ambiente de la Universidad de Zaragoza se encontró un día con la maestra de su hijo mayor, Pilar Martí, del colegio doctor Azúa de Zaragoza. Ella le pidió que participara en una clase. "No voy a ir a contar cuentos, pero te escribo uno", le prometió Pepe. Pasó el verano, pero no llegaba a sentarse en el escritorio. Y, en septiembre, una terrible noticia le llevaría a coger el boli. A la madre de Pepe, que había sido maestra, le habían diagnosticado una enfermedad terminal. "Y me dediqué a escribirlo antes de que falleciera. Fueron dos meses duros, pero me permitió despedirme de ella de una forma muy bonita", afirma. Con esa ficción, en la que Pepe se lleva a su hijo Javier a Costa Rica y le descubre la selva.

 

Tras la Navidad, Pepe fue al cole de sus hijos a contarlo. Y ese primigenio 'El bosque eterno de los niños' se convirtió en el cuento de nunca acabar. Tanto Pilar Martí como otra profesora, Inmaculada Lorea, lo adoptaron como elemento didáctico y fueron pasando por el centro los familiares de otros niños para explicar más cosas del relato: "La madre de Lucía les habló de los animales; la de Violeta, de los volcanes; la de Enrique, de reciclaje?", informa Pepe. Mientras, los niños trataban de darle un final, porque la historia está inacabada. "Pusimos énfasis en que si un bosque se estaba talando, nosotros también somos responsables con nuestros hábitos diarios", explica.

 

Y, como la magia no solo surge en los escritos, toda esta experiencia acabó reconocida. Hace dos semanas, se hizo con el XXXI Concurso de Experiencias Educativas de Santillana a nivel nacional. Pepe y las dos profesoras llegaron a Madrid a recoger el galardón en la categoría Infantil? y acabaron llevándose el Premio Absoluto. "Me puse a llorar como una magdalena", recuerda Matesanz. Pero otra sorpresa les aguardaba: una semana después, el pasado viernes, recibían el Premio Medio Ambiente del Gobierno Aragón, en la categoría escolar. "Este cuento solo me ha traído alegrías", reconoce.

 

Y colorín colorado, este cuento no ha acabado. Porque, ahora, Pepe, junto a una amiga que está ilustrando el relato, busca publicación para una historia que va más allá de un homenaje al medio ambiente. "Para mí -resume Pepe-, es un acto de amor: un padre, que, pensando en su madre, le escribe una historia a su hijo".