Luis Royo ilustra el amor imposible

Luis Royo (Cutanda, Teruel, 1954) es un maestro del arte fantástico y de la ilustración. Sus mujeres exuberantes, sus guerreros y sus delirantes sueños han dado la vuelta al mundo en forma de cómics y, especialmente, en álbumes. Sus dibujos y pinturas han sido el motivo de tatuajes, portfolios y reproducciones por doquier. Si hasta ahora, Luis Royo había publicado historias más o menos fragmentarias, como 'Women', 'Dreams', 'Prohibited Books' o 'Dark Labyrinth', ahora acaba de publicar el que quizá sea su trabajo más ambicioso: 'Dead Moon' (Norma Editorial; 128 páginas), una narración cerrada de atmósfera apocalíptica que evoca, al menos en su tramo final, la destrucción de Sodoma.

 

Luis Royo, con la colaboración de su hijo Rómulo Royo, un artista en continúa progresión, narra con un texto poético y legendario y sus espectaculares imágenes la historia de dos familias enfrentadas, los You y los Chan, que tienen sendos castillos o fortalezas en los extremos de la ciudad, Luoyang, cuya historia cantaban por las plazas "los trovadores del inframundo". Es una ciudad misteriosa y sin ley que tenía una gran agitación. Escribe Royo, en una descripción de contexto: "Cuentan que era un lugar, un mundo, una gran ciudad con cientos de callejuelas, palacios y santuarios en homenaje a dioses de todo tipo, con sus barrios de artesanos y comerciantes, con gentes venidas de todos los lugares".

 

En ese clima ocurre algo especial: cada uno de los clanes rivales está liderado por dos seres muy especiales. Los You, por la joven princesa Luna, "la belleza más delicada de la ciudad", cuyo cuerpo es adornado una y otra vez por suntuosos tatuajes. Los "belicosos" Chan están acaudillados por el joven y sanguinario príncipe Marte, sobre cuya cabeza pesan numerosos crímenes: él mató a los padres y a casi toda la familia de Luna, a ella la miró un instante y, misteriosamente, la dejó con vida. Ambos jóvenes están inquietos: Luna yace con algunos jóvenes pero todos sucumben a los vahos de muerte que exhala; Marte vive rodeado de orgías, de un harén de mujeres, pero se encuentra hastiado, no puede quitarse de la cabeza la imagen de Luna, "su sedosa piel fría le había dejado una huella imborrable". De ella se dice "que había sido criada y educada en las disciplinas mágicas" y que "masticaba sin descanso sus sueños de venganza en el alto torreón". Las entrañas de ambos, por decirlo así, "ardían en deseo y odio".

 

Se suceden distintas escaramuzas y finalmente ambos deberán enfrentarse a la hecatombe, que es una mezcla del amor, el odio, el deseo, la venganza y la guerra, dentro de un clima de terror gótico y realismo fantástico, de indudable sentido simbólico.

 

El método del artista

 

Luis Royo sigue casi siempre el mismo método: realiza acopio de documentación, efectúa los primeros bocetos hasta que encuentra "una atmósfera, un mundo, una estética, una mirada", y a partir de ahí empieza a pintar.

 

El libro tiene un excelente ritmo: es variado, sugerente, dúctil en técnicas, en planos y en situaciones. Está dividido en varias partes: yoru (noche), kokoko (corazón), hi (fuego), tsuchi (tierra), kita (norte), yama (montaña) y al (amor), y ofrece visualmente una estética orientalista, de filiación japonesa, que invita a pensar en las estampas del ukiyo-e o en el arte de Hokusai. Royo mezcla las panorámicas de las ciudades con las multitudes en las batallas, el retrato intimista con la profusión de figuras que rebosan detalles, elegancia, lirismo, melancolía y una cierta fastuosidad. Incluso realiza secuencias de dibujo relativas a la joven Luna y al aprendizaje del arte de combatir. Royo hace verosímil la fantasía y apuesta, de nuevo y quizá con mayor rotundidad y armonía que nunca, por una belleza compleja que se atreve a hurgar en la parte más sombría del ser humano. En 'Dead Moon' (Luna de muerte) introduce el vigor de los cuentos, los ecos del mito al servicio de un argumento.