LIBROS

John Boyne: "No me interesa la actualidad"

El autor irlandés ofrece una versión "ajustada a la realidad" del célebre motín ocurrido en la fragata británica 'Bounty' a finales del siglo XVIII.

"No me interesa la actualidad; lo que me importa es lo que permanece en el tiempo, aquellos sucesos que, una vez sedimentados y asimilados, nos ayudan a vivir el presente", afirmó John Boyne (Dublín, 1971), autor de 'El niño con el pijama de rayas' (uno de los grandes acontecimientos editoriales) y que ahora publica 'Motín en la Bounty' (Salamandra), basado en la célebre rebelión ocurrida en una fragata británica a finales del siglo XVIII. "Se han hecho tres películas sobre este episodio histórico y las tres falsean la realidad; si se hubiera contado lo que sucedió yo no me habría metido a escribir esta novela, pero como no es así he querido reflejar lo que pasó ciñéndome a los documentos", argumentó.


De las tres versiones cinematográfica, la más famosa es 'Rebelión a bordo', protagonizadas por Marlon Brando (en el papel del amotinado Fletcher Christian) y Trevor Howard, quien encarna a un feroz y sanguinario William Bligh, capitán de la fragata. "Bligh no fue un monstruo; fue un gran marino que imponía una férrea disciplina, pero de ahí a que utilizara el látigo de forma arbitraria y castigara con crueldad a la tripulación media un abismo", afirmó este escritor de cabeza rapada y mirada benevolente. "El tribunal de la marina británica le dio la razón a Bligh; a mi modo de ver con absoluta justeza".


La historia, en la novela, está narrada por John Jacob Turnstile, un adolescente de 14 años que se dedica al trapicheo y a pequeños hurtos en los mercados de Portsmouth. Cuando está a punto de dar con sus huesos en la cárcel surge una última tabla de salvación: embarcar como ayuda de cámara del capitán en un navío destinado a una exótica misión. "He puesto mucho de mí en este personaje; es, de alguna manera, el muchacho que me hubiera gustado ser", reconoció el escritor irlandés, cuya novela 'El niño con el pijama de rayas' lleva vendidos 3.5 millones de ejemplares en todo el mundo.


Los hechos


La fragata británica 'HMS Bounty' emprendió el 23 de diciembre de 1787 un viaje a Tahití para recoger brotes de 'frutos del pan' con el fin de llevarlos a Jamaica y allí cultivarlos. Esta planta, de fácil desarrollo, serviría para alimentar a los esclavos que trabajaban en las plantaciones de caña de azúcar. El capitán de la fragata se llamaba William Bligh. Tenía 33 años y había aprendido a navegar con el capitán James Cook.


La tripulación estaba formada por 44 hombres. El almirantazgo inglés le había indicado a Blight la ruta: debería llegar al Pacífico por América del Sur, a través del Cabo de Hornos. Bligh lo intentó, pero una tempestad se lo puso muy difícil. Tras forcejear varias semanas con el mar decidió cambiar de ruta. El cambio supuso dar casi la vuelta al mundo, pues para arribar en Tahití tuvo que bordear África y atravesar el Índico. La 'Bounty' avistó la isla con diez meses de retraso, en una estación (otoño) donde no se podían trasplantar los brotes de la preciada planta. Bligh y sus hombres se instalaron en aquel paraíso y esperaron cinco meses para poder llevar a cabo su cometido. Poco a poco, la tripulación comenzó a habituarse a las costumbres de los aborígenes y abandonó el rígido código marinero. Muchos de ellos entablaron relaciones con los nativos, sobre todo con las mujeres. El primer oficial, Fletcher Christian, se casó con una de ellas.


El 4 de abril de 1789, y muy a su pesar, la tripulación de la 'Bounty' zarpó con los brotes de la planta rumbo a Jamaica. En la mañana del 28 de abril se produjo el motín. Fletcher y 11 hombres se hicieron con el mando de la fragata. Los amotinados embarcaron en un bote al capitán Bligh y a 18 de sus leales(los 13 restantes no cabían y se quedaron en la fragata). Les entregaron una vela, un sextante y un reloj. Bligh hizo un alarde de sabiduría marinera, pues después de 41 días alcanzó la isla de Timor, un punto geográfico donde pasaban barcos ingleses. Había recorrido 5.800 millas y solo perdió un hombre.


En Londres, el almirantazgo le felicitó por la hazaña (a pesar de no haber cumplido la misión) y le ratificó en su puesto. Se decreto búsqueda y captura de Fletcher Christian y los amotinados.

Todos serían juzgados y, sin lugar a dudas, condenados a la horca.

Pero Fletcher encontró -de casualidad- un escondite, la isla de Pitcairn, que figuraba en las cartas marineras en una posición que no se correspondía a la realidad. Nunca le encontraron. Quemó la 'Bounty' -para no dejar rastro- y allí murió. Hoy día siguen viviendo en Pitcairn descendientes de los amotinados.


Cárcel


"¿Qué hubiera hecho yo? Confirmar en su puesto a Bligh y meter en la cárcel a Fletcher Christian, de haberle atrapado. Lo que no hubiera hecho es condenarle a muerte, que era lo que le esperaba si le llevan a Londres", dijo Boyne, quien considera que la raíz de los enfrentamientos entre Bligh y Christian radica en sus orígenes familiares. "Bligh era de extracción humilde y siempre respiraba por la herida; Christian, en cambio, era un señorito que no consentía rebajarse a las órdenes de quien, en el fondo de su alma, consideraba un inferior".


El protagonista de la novela no es Bligh ni Christian, sino el chico de 14 años, John Jacop, pues él es quien narra la historia. "Por su mirada y sus comentarios deducimos todo lo que está aconteciendo en esa microcosmos que es la 'Bounty'".

 

Satisfecho de la versión cinematográfica de 'El niño con el pijama de rayas' -"me pareció muy fiel al libro"- no le importaría que algún productor se fijara en su nueva obra. "Sería un proyecto caro, no hay duda, pero, si a alguien le interesa, ahí lo tiene; todavía no he firmado ningún contrato".