FOTOGRAFÍA

Gervasio Sánchez recibe el Premio Ortega y Gasset de Fotografía

El fotoperiodista Gervasio Sánchez, la periodista mexicana Sanjuana Martínez, la conocida 'bloguera' cubana Yoani Sánchez y la revista mexicana ZETA han sido algunos de los galardonados con los Premios Ortega y Gasset de Periodismo 2008, convocados por el diario 'El País' y cuyos resultados se han dado a conocer este viernes por el Grupo Prisa.

La fotografía 'Sofía y Alia', del fotoreportero Gervasio Sánchez, se llevó el premio en la categoría de Periodismo Gráfico, por la fuerza expresiva de la instantánea que ha sabido transmitir la fragilidad e indefensión de las personas sometidas a la brutalidad de los conflictos bélicos.

 

En la categoría de Mejor Trabajo de Investigación, el premio fue para Sanjuana Martínez por una serie de reportajes publicados en el diario 'La Jornada' sobre los casos de abusos cometidos por parte de diversos estamentos del clero, por su "trascendencia social" y el valor "personal y profesional" de la periodista.


En la categoría de Periodismo Digital, el premio fue para Yoani Sánchez, autora del blog 'Generación Y', por la "perspicacia" con la que su trabajo ha sorteado las limitaciones a la libertad de expresión en Cuba, su estilo de información "vivaz" y el ímpetu con el que se ha incorporado al espacio global de periodismo ciudadano.


La revista 'Zeta', editada en la ciudad mexicana de Tijuana, en la frontera con Estados Unidos, recibió el premio a la Trayectoria Profesional, por la "coherencia, independencia y valentía" con la ha denunciado, desde su fundación en 1980, el clima de impunidad por la corrupción y el tráfico de drogas en la zona fronteriza.


El jurado estuvo presidido por el catedrático Gregorio Peces Barba, el filósofo Fernando Savater, los periodistas Angels Barceló y Antonio Franco, la actriz Blanca Marsillach, tres de los cuatro directores que ha tenido El País desde su fundación, Javier Moreno, Joaquín Estefanía y Juan Luis Cebrián, entre otros.

 

"Ellos son auténticos héroes, los que enseñan los valores más importantes"


Con su trabajo en "Vidas minadas", el reportero Gervasio Sánchez intenta concienciar a la gente del drama de las minas antipersona en el mundo. Por desgracia, muchas personas son víctimas de estos artefactos. Para llamar la atención sobre ese problema y sobre la urgencia de atender las necesidades de quienes quedan mutilados por estas armas ocultas, Gervasio Sánchez inició hace diez años el proyecto "Vidas minadas", que consistía en tomar imágenes de gente que había sufrido esta traumática experiencia, para incluirlas en un libro y organizar una exposición.


Cada cinco años, ha vuelto a verlas y a documentar de nuevo cuál es su situación. En 2007 presentó la tercera entrega: "Vidas minadas. Diez años". Gervasio Sánchez estuvo acompañado por cuatro de los fotografiados: Sofía Elface (Mozambique), Adis Smajic (Bosnia), Sokheurm Man (Camboya) y Manuel Orellana (El Salvador).

Equilibrio y contradicciones


"Ellos son auténticos héroes. Cuando nuestros hijos empiecen a verlos a ellos como héroes de verdad y dejen de lado a otros héroes de pacotilla, la sociedad empezará a avanzar". Gervasio Sánchez era así de tajante al presentar a estas personas, a las que agradeció su "paciencia y generosidad" por permitirle entrar en sus vidas cámara en ristre. "Para mí son como hijos, los he visto sufrir muchísimo", explicó el periodista, que ha encontrado en ellos "la fuerza para continuar" tras haber visto como reportero de guerra "lo peor del ser humano". "Ellos son los que te enseñan los valores más importanes", aseguró.

Testimonios de una guerra

 

Sofía, Adis, Sokheurm y Manuel están de acuerdo en dos cosas: lo difícil que es retomar una vida normal tras haber sufrido el impacto de una mina y la importancia clave del apoyo que les han prestado sus respectivas familias.


Manuel, que perdió las dos piernas tras pisar una mina cuando tenía 20 años, afirma que "lo más bonito que he tenido es la ayuda de mi familia. Ayuda moral, porque son muy pobres, pero si no fuera por ellos... Tener una esposa que te acepte, y ahora cuatro hijos, es lo mejor que le puede pasar a una persona mutilada en una guerra". Como sus compañeros, aceptó la propuesta de Gervasio Sánchez porque "era un proyecto muy bueno: dar a conocer el problema de las minas. Yo era una víctima y quería ayudar a que no sigan fabricando más".


Manuel comenta que, en El Salvador, tras la guerra hubo mucha colaboración entre el Gobierno y la guerrilla para desminar el territorio, algo que se hizo con el apoyo de Naciones Unidas. "Pero en muchos países la guerra acabó y las minas siguen ahí, por ejemplo en Colombia", señala.


Para Adis, lo peor fue estar diez años de hospital en hospital, soportando 30 operaciones destinadas a paliar los efectos de la mina en su rostro y cuerpo (perdió un ojo y el brazo derecho). "No tenía tiempo para los amigos", recuerda. Ahora, sonríe al confesar que, hace solo tres semanas, se casó con Naida, a la que conoció en una fiesta de fin de año. "Ha sido algo muy especial, nunca me había sentido antes así".


Sokheurm ya no tiene su pierna derecha, pero lo que realmente le preocupa es acabar sus estudios y tener un buen trabajo para sacar de la pobreza a su madre y comprar una casa para vivir son su esposa y su hijo. El mayor sufrimiento que le ha dejado la mina es "no haber podido hacer nada por mi padre, que ya murió".