POLÉMICA

Lérida, la primera ciudad que prohíbe el burka

Para el alcalde "no es una guerra de religiones", sino de "derechos, deberes e igualdad". La medida no entrará en vigor hasta noviembre.

Ni burkas ni niqabs en dependencias municipales. Lérida se convirtió ayer en la primera ciudad española que prohíbe el uso de estas dos prendas de tradición musulmana en las instalaciones que dependan del ayuntamiento. Con 23 votos a favor de CiU, el PSC, el PP y el Grupo Mixto, un sufragio en contra de Iniciativa per Catalunya-Verds y dos abstenciones de ERC, la capital del Segrià vetará la entrada a los espacios municipales deportivos, culturales, de ocio o administrativos a las mujeres que lleven velos integrales u otras prendas que impidan su identificación.


Los partidos que defendieron la prohibición apelaron a la igualdad de la mujer y la integración para defender su posición. "La norma la aplicaremos en los espacios públicos municipales dedicados a la convivencia y, en este caso, el burka es una barrera que corta la comunicación y la convivencia", afirmó el alcalde de la ciudad, el socialista Ángel Ros. "Tiraremos hacia adelante políticas de fomento de igualdad entre sexos en diferentes comunidades musulmanas", añadió. "Lo que se pretende -dijo- es demostrar que esta sociedad apuesta por la igualdad hombre mujer".


Impedir que el problema crezca


Aunque el 'president' José Montilla advirtió esta semana de que es preferible "no convertir en problema lo que aún no lo es", Ros señaló que "se trata de la aparición real de un problema que todavía no se ha desarrollado y ahora es el momento de actuar para que no se haga grande". "Hay que facilitar la integración y trabajar por la mujer, que es quien padece esta vulneración de su principio de igualdad. No es una guerra de religiones. Es un tema de derechos, deberes e igualdad; el problema no es el islam, es la utilización política de visiones fundamentalistas del islam y de otras religiones", remató.


El único grupo que se opuso a la medida, Iniciativa per Catalunya, señaló que la medida iguala a Lérida con Vic y además fomentará la xenofobia.


La norma, no obstante, no se aplicará de inmediato. Para que sea efectiva aún queda por reformar la ordenanza leridana de civismo, algo que podría prolongarse unos meses hasta octubre o noviembre. Lo que no estará prohibido, a diferencia de Francia o Bélgica, será llevar estas prendas por la calle. Un informe jurídico encargado por el ayuntamiento de Lérida concluyó que los consistorios no tienen la potestad de regular la vestimenta en la vía pública porque es un tema relacionado con la seguridad o los hábitos de las personas, y deben hacerlo instancias superiores. Por ello, la moción aprobada ayer insta al Estado y a la Generalitat a que regulen los velos integrales en la vía pública.


La posición del Gobierno catalán la fijó Montilla el miércoles, cuando descartó legislar sobre el tema. El único miembro de la Generalitat que se manifestó ayer fue el delegado en Lérida, que tildó la iniciativa de electoralista, ya que solo seis mujeres en toda Cataluña, según la Generalitat, cubren sus rostros por la calle.


En esta línea, el Consejo Islámico de Cataluña señaló que la presencia del burka es inexistente en Cataluña y tacharon la medida de "instrumentalización política". El presidente de la asociación cultural árabe Atlas de Lérida, Abdul Karim, sí cree que es un problema. "En Cataluña se está imponiendo la corriente radical salafista que dificulta mucho la integración y la convivencia del colectivo musulmán en la sociedad de acogida. Es como un cáncer con el que tenemos que acabar", dijo. Omar Charah, responsable de la Comunidad Islámica de Lérida, dijo por su parte que recurrirá la decisión al Tribunal Constitucional y a la UE.