ELECCIONES VASCAS

La izquierda 'abertzale' pide el voto nulo y arroja un salvavidas a Ibarretxe

La izquierda 'abertzale' ha decidido que sus seguidores voten en las elecciones del 1 de marzo con la papeleta de Democracia Tres Millones, unos sufragios que se contabilizarán como nulos. Batasuna abre de esta manera la puerta a que sus fieles respalden candidaturas nacionalistas sin necesidad de dar una orden en sentido, algo que hubiera sido contradictorio con sus duros mensajes hacia esas formaciones. La consigna del voto nulo permite a los simpatizantes de la izquierda 'abertzale' acudir al colegio electoral y depositar su papeleta, cuyo contenido es secreto y que puede ser la nula o la de cualquier otra lista nacionalista si se ha optado por el voto útil para evitar un triunfo de los no nacionalistas.


El representante de la plataforma electoral Julen Aginako, ex dirigente de Batasuna y número dos de D3M en la anulada lista por Vizcaya, aseguró, no obstante, que el voto de los suyos no será nulo sino «válido» para frenar un «nuevo fraude constitucional y estatutario que quieren hacer el PNV y el PSOE». Denunció que los socialistas presiden el Gobierno de «un Estado de desecho» que ha invalidado sus candidaturas, mientras que «los 'aprovechateguis' del PNV quieren sacar tajada» de su ausencia en los comicios.


Pero más allá del lenguaje beligerante, la izquierda 'abertzale' sabe que hace un favor a los nacionalistas porque algunos miles de sus seguidores, amparados en el secreto electoral y liberados de la prohibición de votar con una orden de abstención, respaldarán alguna de las listas del PNV, Eusko Alkartasuna, Aralar o hasta de Ezker Batua-IU. La última vez que Batasuna optó por la alternativa de la papeleta nula fue en las elecciones europeas de junio 2004 ante la anulación de su candidatura de Herritarren Zerrenda, y la fuga de votos hacia los nacionalistas fue indudable.


En aquellos comicios se contabilizaron en Euskadi en torno a 92.500 sufragios nulos, y sólo diez meses después, en las autonómicas vascas de abril de 2005, el Partido Comunista de las Tierras Vascas, bandera de conveniencia de la izquierda abertzale, obtuvo 150.000 votos. La conclusión es obvia: en las europeas las candidaturas nacionalistas recibieron votos de la izquierda 'abertzale'.


En esta ocasión es más que probable que ocurra lo mismo y una parte de los fieles de Batasuna se inclinará por el voto útil nacionalista. Un respaldo que será recibido como agua de mayo por los socios del tripartito, PNV, EA y EB-IU, que, de acuerdo a la última encuesta del CIS, no sumarían la mayoría para gobernar.


Relevo

Y si en algún sitio se recibirá la noticia con alivio será en Sabin Etxea, sede central del PNV, donde, además de la preocupación por el importante ascenso del PSE, existe temor a que haya deserciones en su electorado porque algunos sectores están cansados de los planteamientos soberanistas de Juan José Ibarretxe. Un desasosiego justificado, de acuerdo al estudio del CIS para las elecciones del 1 de marzo, porque el 30,2% de los votantes 'peneuvistas' es partidario de que Juan José Ibarretxe deje de la Presidencia del Gobierno vasco y se produzca un cambio en el Ejecutivo de Vitoria.


Más de la mitad, el 54,7%, de los ciudadanos vascos, de acuerdo al informe demoscópico, prefiere que tras los comicios haya un relevo en el Gobierno, aunque este deseo no tiene su correlato en los que creen que así va a ser. El 62% de los consultados piensa que el PNV volverá a ganar los comicios del 1 de marzo, y los más convencidos son los suyos, el 81,8% así lo dice, si bien un 6,6% pronostica que vencerán los socialistas.



Este rechazo entre los suyos a las propuestas soberanistas explica también que la campaña electoral del PNV subraye el perfil gestor de Ibarretxe y deje en un muy segundo plano los postulados del derecho a decidir. Los dirigentes 'peneuvistas' saben que entre los indecisos de su electorado, casi el 24% según el CIS, la principal duda es si seguir fiel al partido o votar al PSE, un dilema que tiene el 22,5% de sus seguidores. Esta disyuntiva es aún mayor, incluso, que la de inclinarse por el PNV o por Eusko Alkartasuna, debate en el que se mueve el 15,2% de los 'peneuvistas' indecisos.