LOS EFECTIVOS

Etarras al borde del colapso operativo

Material hallado en un zulo en Francia en 2009.
Etarras al borde del colapso operativo
EFE

Los servicios antiterroristas españoles y franceses coinciden en que la transformación de la tregua limitada en "alto el fuego permanente" es fruto del "colapso" que sufre el aparato operativo de ETA, más acosado y débil que nunca, pero al tiempo advierten hasta el hartazgo de que la banda no está, ni mucho menos, derrotada. Los informes policiales más recientes revelan que la organización terrorista apenas cuenta con medio centenar de activistas en Francia y que muchos de ellos ya están más preocupados por escapar a Sudamérica que por reorganizar los maltrechos comandos. Pero esos mismos documentos alertan de que ETA es capaz de reactivar grupos y que tiene en sus arsenales armas y explosivos suficientes para lanzarse a una "ofensiva limitada".

Los atestados de los servicios de Información aseguran que la banda ya solo cuenta con "miembros con poco nivel de preparación y un grado muy bajo de ideologización". ETA no ha conseguido repuestos para los golpes de los últimos dos años y medio que han llevado a cinco jefes militares a la cárcel, la última vez en mayo de 2010, cuando cayó Mikel Carrera Sarobe 'Ata'. A pesar de la inactividad de los últimos meses, el pasado año se cerró con 113 detenidos, entre ellos buena parte de la cantera de Segi, golpeada hasta la saciedad por la Policía y el juez Fernando Grande-Marlaksa. Todos los intentos por recomponerse en los últimos meses se han contado por fracasos: activar una base operativa en Portugal, formar tres comandos gemelos en el País Vasco, o establecer una infraestructura en Cataluña.

A esta situación se suma la asfixia económica. Todos los analistas señalan que ETA se ve incapaz de recaudar los cuatro millones de euros anuales que la organización terrorista estima que necesita para su propia supervivencia. La extorsión no ha cesado, según denuncia la patronal vasca, pero lo cierto es que muy pocos son los empresarios que pagan, según atestiguan los informes de Interior. Los documentos incautados recientemente a ETA dan cuenta de que la situación de bancarrota se ha agravado más desde la declaración del cese de actividades de septiembre. Y las perspectivas para sus arcas son aún peores cuando en mayo próximo la izquierda abertzale ilegal sea definitivamente excluida de los ayuntamientos vascos y navarros.

Resucitar taldes

Aun así, no hay que echar las campanas al vuelo. Los servicios de Información están convencidos de que la banda tiene todavía en España cuatro comandos, ya formados, que pueden ser resucitados en relativamente poco tiempo. La gran preocupación del Ministerio del Interior es el ya veterano comando Vizcaya, una difusa estructura terrorista que opera desde hace tres años y sobre la que no se han obtenido datos relevantes a pesar de la caída en este tiempo de los responsables de la banda. Ese grupo es el que asesinó en junio de 2009 al policía nacional Eduardo Puelles en la localidad vizcaína de Arrigorriaga; el que intentó matar a un agente en Basauri y al escolta Gabriel Ginés en Bilbao con sendas bombas lapa; y el que ha atacado con artefactos tres sedes socialistas y domicilios de empresarios.

Hay otra estructura que Carrera, como su antecesor en el cargo, Ibon Gogeaskoetxea, capturado en febrero de 2010, también había planeado reactivar en Guipúzcoa. Este grupo está relacionado con el asesinato del empresario Ignacio Uría en diciembre de 2008. A esos dos comandos estables se suman otros dos taldes itinerantes aun sin neutralizar. El primero es el que cometió el último ataque mortal de ETA, el asesinato en Palma de Mallorca, a finales de julio de 2009, de dos guardias civiles. El segundo es el que perpetró el gran atentado con una furgoneta bomba, también en julio de 2009, contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Burgos, que dejó 65 heridos. A estos comandos, Interior añade una infraestructura de ETA en Madrid.

Esos taldes tienen a su disposición un notable arsenal. ETA "no está en crisis logística", subrayan los especialistas. El robo de 350 armas en un Vauvert en 2006 sigue surtiendo a los comandos y la banda aun no ha gastado las cuatro toneladas de nitrato que sustrajo en 2005 para fabricar amonal.