El médico ya no inspira el respeto de antaño. Durante el año pasado hubo 451 agresiones contra los facultativos, de las cuales el 81% correspondían a gritos, amenazas e insultos. Aunque los ataques no se traducen de forma automática en lesiones, algo que ocurre en el 18% de los casos, la Organización Médica Colegial (OMC) ha decretado "tolerancia cero" contra el fenómeno. "Un médico agredido es igual que un político agredido", según el responsable del Observatorio de Agresiones de la OMC, Alberto Becerra. El 65% de las vejaciones se producen en atención primaria.

De acuerdo con el presidente de la OMC, Juan José Rodríguez Sendín, las actitudes irascibles de los enfermos se concitan con frecuencia por una mala organización del servicio. Un paciente irritado por el tiempo de espera, la lentitud en la entrega de un informe o una baja laboral denegada es más fácil que protagonice un altercado. Pero no son los pacientes programados los únicos que pegan o vociferan, también lo hacen familiares de los enfermos, en una cuantía del 29% en ambos casos.

Las 451 agresiones de que se tiene constancia son solo la punta del iceberg. En algunos casos, especialmente en barrios deprimidos o zonas rurales, el médico se abstiene de denunciar los hechos porque tendrá que lidiar al día siguiente con el mismo paciente.

Por comunidades, Andalucía y La Rioja figuran entre las autonomías donde se ha registrado un mayor número de casos, y Aragón y Navarra, donde menos.