El móvil económico se mantiene como principal línea de investigación de los cuatro crímenes cometidos ayer en Olot y cuyo presunto autor es un albañil, Pere Puig, que se encuentra detenido a la espera de su pase a disposición judicial.

Según fuentes de la investigación, el resultado de las pruebas que se han analizado por el momento respaldan la tesis inicial de que el presunto asesino actuó como reacción a una situación laboral que le llevó a disparar inicialmente contra el propietario de la empresa en la que trabajaba y su hijo, para dirigirse posteriormente a una oficina de Caja Mediterráneo y acabar con la vida de dos empleados. En este último caso, el móvil del presunto asesino estaría relacionado con la cuenta corriente y la tarjeta de crédito que el detenido tenía con esta entidad bancaria, según fuentes de la misma. Por contra, el director de expansión norte de la CAM, Gabriel Sagristà, negó que Puig "tuviera hipotecada la casa" con esta entidad.

De todos modos, la investigación sigue activa con el análisis de pruebas y con la apertura de nuevas diligencias previas al pase de Puig a disposición judicial, previsto inicialmente para hoy.

Mientras, los investigadores creen que Puig actuó de forma premeditada, muy meticulosa y con gran sangre fría. Según fuentes policiales, no se ha mostrado nunca arrepentido. Se ha mantenido en todo momento sereno, incluso por la noche durmió "con toda tranquilidad" en los calabozos.

La abogada de oficio del detenido ha solicitado al juzgado que se evalúe su estado mental por si padece algún trastorno. La policía, en cambio, cree que se trató de una "obcecación".

Medio millar de personas participaron a mediodía de ayer en una concentración ante el Ayuntamiento de Olot para condenar los asesinatos y, además, mantuvieron dos minutos de silencio.