TRIBUNALES

Condenan al padre de una de las niñas de Alcásser a 270.000 euros por "injurias graves"

Fernando García, padre de una de las tres niñas de Alcásser que murió asesinada en noviembre de 1992, ha sido condenado a pagar una indemnización de 270.000 euros y una multa de 14.760 por "injurias graves" en sus afirmaciones en el programa de Canal 9 'Juicio de Alcásser', espacio en el que se debatía sobre el juicio que se llevaba a cabo en aquel momento contra el único acusado, Miquel Ricart. El juez titular del juzgado de lo Penal número 2 de Valencia considera que Fernando García, padre de Miriam, descalificó a la Guardia Civil, a los forenses y al fiscal Enrique Beltrán durante la vista celebrada contra Ricart, condenado a 170 años de cárcel por el triple crimen.


El magistrado también ha sancionado al criminólogo José Ignacio Blanco (asesor de Fernando García y tertuliano en el citado programa) a dos años de prisión por dos delitos de calumnias y a una indemnización de 350.000 euros, a repartir entre los afectados.


El juez, que ha absuelto a los periodistas de Canal 9 Ferrán Pérez y Amalia Garrigós, estima que esta cadena es responsable civil solidaria, por lo que deberá abonar un tercio de las indemnizaciones. Frases proferidas por el padre de Miriam, como "los guardias civiles van allí y no hacen nada, solo van a pintar la mona", o "han trucado fotografías", o "hay fotos realizadas a mala baba, para que parezcan otra cosa de lo que son", han sido reputadas por el magistrado como "difamatorias". El titular del juzgado valenciano también considera que Blanco injurió y calumnió en el programa televisivo a los guardias civiles encargados de la investigación del caso, a los forenses y al fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia.


Las niñas de Alcásser fueron secuestradas, violadas, torturadas y posteriormente asesinadas. El 27 de enero de 1993 dos apicultores hallaron los cadáveres en una fosa de un paraje conocido como 'Partida La Romana', cercano a Tous.


Las investigaciones apuntaron a que el crimen fue cometido por Antonio Anglés y Miguel Ricart. El primero, considerado el autor de los hechos, se dio a la fuga. A pesar de la intensa búsqueda incondicional, Anglés todavía se encuentra en paradero desconocido.


Sin embargo, Ricart fue detenido, juzgado y condenado.