ABSENTISMO LABORAL

Bono llama la atención a los diputados por su ausencia en los debates presupuestarios

El presidente del Congreso, que ayer aprobó las cuentas, matiza que "no es justa" la imagen de que los parlamentarios no trabajan

El proyecto gubernamental de Presupuestos Generales del Estado para 2009 fue aprobado ayer en el Congreso gracias a los votos de los diputados socialistas, del PNV y del BNG. Los debates a las enmiendas parciales al texto fueron seguidos, como todos los años, por una menguada parroquia de parlamentarios, un hecho que llevó al presidente de la Cámara, José Bono, a mostrar su malestar.


"Se ve que Bono es novato en los debates de Presupuestos", comentaba con sorna un parlamentario socialista en el patio que separa el palacio de las Cortes del edificio anexo. Esa es la única razón, a juicio del diputado, para que el presidente del Congreso se quejara por la escasa afluencia en el hemiciclo. Este es el primer debate de Presupuestos que ha dirigido el ex presidente de Castilla-La Mancha y ex ministro de Defensa, muy celoso del respeto a las formas institucionales.


Bono expuso su desazón cuando a media mañana propuso al pleno cambiar el orden de discusión de los capítulos presupuestarios; en ese momento, habría unos 70 diputados en los 350 escaños que tiene el Congreso. Logró la conformidad de los asistentes y sentenció: "La opinión de los presentes es mucho más importante que la de los ausentes".


Esta situación no es nueva. Se repite todos los años ya que el debate de las enmiendas parciales ya ha pasado por el tamiz de la Comisión de Presupuestos y en el pleno se repiten los argumentos utilizados en ella. Además, se trata de asuntos tan particulares -una carretera, un refugio de montaña, un instituto, un saneamiento, el uso de un cuartel- que a su debate solo asisten el ministro del ramo y los diputados afectados. El resto suele seguir lo que sucede desde sus despachos por el circuito cerrado de televisión.


Horas después, al término de la votación, matizó en parte sus palabras de crítica al defender el trabajo de los diputados y asegurar que "extender la imagen de diputados no trabajadores no es justo". Con respecto a las imágenes publicadas que muestran un hemiciclo casi vacío durante el desarrollo del debate, el presidente del Congreso subrayó que la impresión que tales fotografías pudieran trasladar "no se puede predicar" de los diputados "con carácter general".


Caso de Aguirre



Recordó el caso del diputado del PP Ramón Aguirre, que no pudo formular una pregunta al vicepresidente Pedro Solbes en la sesión de control al Gobierno celebrada hace dos semanas por no encontrarse en su escaño. "A veces se comete una injusticia, como cuando por ejemplo se criticó a Aguirre, que no estaba presente, y dije que cualquiera puede cometer un error, pero en su caso había justificación, pues había un orden del día que luego se modificó. Sé que lo ha pasado mal y es injusto que sufra por esa causa", resumió. Bono pidió que las fotos que se publican del hemiciclo "que no está lleno" se acompañen de una explicación acerca de "cuándo se ha tomado" y acerca de "qué asunto se está tratando, si es que se trata alguno".


Sobre mojado


El problema respecto a este asunto es que llueve sobre mojado. La portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, levantó la liebre el pasado 30 de octubre, cuando lamentó las numerosas ausencias de diputados de su grupo en la sesión de control al Gobierno de la víspera e invitó a los parlamentarios desertores a "renunciar" a su escaño si no estaban a gusto. Y no es un problema patrimonio de su equipo, ya que las filas socialistas también ralean en los plenos.


Las ausencias, sin embargo, se transformaron ayer en una concurrencia masiva a las interminables votaciones de los centenares de enmiendas. Asistieron 347 de los 350 diputados, entre ellos José Luis Rodríguez Zapatero con todos los miembros de su Gobierno que tienen escaño, así como Mariano Rajoy y su plana mayor.


La votación no deparó sorpresas. La 'entente' PSOE, PNV y BNG funcionó a la perfección y rechazaron todas las enmiendas del PP. Solo aceptaron las acordadas entre sí, y que suponen inversiones por valor de 85 millones de euros en el caso de los nacionalistas vascos, y de 125 millones en el de los gallegos. Además, CiU llegó a acuerdos con los socialistas en la Comisión de Presupuestos para que se aprobasen partidas por 37 millones; ERC consiguió pactar enmiendas valoradas en 12 millones; IU-ICV, en 38, y CC, en 25.


Una vez superada la tramitación de los Presupuestos en el Congreso con la votación de ayer, el texto será enviado al Senado, donde tendrá que enfrentarse, al menos, a dos vetos, los de los grupos del PP y CiU.