CASO GÜRTEL

Anchoas cántabras en el Turia

La alcaldesa de Valencia volvió a comparar los presuntos regalos recibidos por Francisco Camps con los productos con que agasaja a Zapatero el presidente de Cantabria, e insinúa que el Código Penal debería reformarse

Rita Barberá conversa con Francisco Camps (derecha) en un acto en Valencia el pasado día 2.
Anchoas cántabras en el Turia
J. C. CÁRDENAS/EFE

La guerra de la anchoa está servida. Las declaraciones de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá (PP), en relación con los presentes gastronómicos que hace en sus visitas oficiales a la Moncloa el presidente de Cantabria y que son, a su juicio, tan graves como la imputación por supuesto cohecho contra Francisco Camps por unos trajes, están hoy en boca de todos. El propio Miguel Ángel Revilla, presidente cántabro, es de la opinión de que Barberá está haciéndole un gran favor a su comunidad dándole publicidad a sus productos. "Esa yo creo que come bien, por el aspecto que tiene debe comer bien y tiene valor que promocione las anchoas. Muchas gracias, Rita", apostilló ayer con ironía.

 

La alcaldesa animó el lunes a que la Justicia investigue al presidente del Gobierno por los "caros" obsequios de Revilla, y afirmó que "hasta que no dimita Zapatero" no habrá dimisiones en su partido, en referencia al posible cese de Camps.

 

Ayer, Barberá, haciendo caso omiso al aluvión de comentarios que suscitó su declaración, siguió a lo suyo e intentó minimizar el caso de los trajes del 'president' con una declaración en la que viene a dar por hecho los regalos que Camps niega haber recibido. "Todo el mundo sabe que cada vez que Revilla va a la Moncloa obsequia a Zapatero, por agasajo o por complacencia, con algunas cajas de anchoas. ¡Y vive Dios que las anchoas son unos productos caros!", aseguró Barberá. Aún fue más allá y, haciendo un supuesto paralelismo con la situación de Camps, aseguró que ese regalo "también debería estar incluido en el artículo 426 del Código Penal (relativo al cohecho)".

Desconocimiento

En este sentido, explicó que quien ha criticado o se ha reído de este paralelismo "no conoce el Código Penal", por lo que se cuestionó si "hay que cambiarlo y poner las cosas claras". Barberá afirmó que esta comparación jurídica pone de manifiesto, "desde la vía del desenfado", la "injusta barbaridad que está sufriendo Camps", porque, en su opinión, el auto judicial que revela indicios de delito no prueba que "haya recibido ningún regalo".

 

Revilla no tardó en responder y especificó que las latas de anchoas en ningún caso son tan caras como dice la alcaldesa. En concreto, "la grande cuesta 20 euros y, además, da para que coman seis personas tranquilamente en un día de fiesta". "¡Qué habría dicho si regalase angulas!", enfatizó.

 

En cualquier caso, el regionalista recordó a Barberá que se trata de "un regalo institucional", que lo hace todos los años por Navidad a todos los presidentes -entre ellos Camps y también a Rajoy- y que su homólogo valenciano le agasaja a su vez con "dos kilos de arroz y naranjas". Además, explicó que hace unos días estuvo con el Rey y le llevó su correspondiente lata de anchoas, porque de lo contrario "se enfada". "¡Muy mal tienen que ir las cosas en Valencia para que se hagan semejantes paralelismos!", concluyó.