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jefa de Información municipal de Zaragoza en HERALDO DE ARAGÓN

Astenia electoral

Cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo
Cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo
Agencias

Vivimos la campaña electoral más estrambótica de la historia. Con un año largo de precampaña, con histriónicas discusiones que eclipsan todo tipo de argumentos, solo faltaban estas olas de calor que vienen y van, que prenden el asfalto y vacían las calles. Por tierra, mar y aire buscan los candidatos a sus potenciales electores, a horas intempestivas, ajustando sus planes. Indecisos quedan pocos. En esta España polarizada solo es posible elegir entre izquierda y derecha, entre la remontada o el cambio. Se echará de menos al centro político cuando los del bipartidismo no sumen y deban renunciar a la moderación para integrar a los extremos en sus gobiernos.

La falta de empatía entre los líderes nacionales no beneficia a nadie. Mal va un país en el que el presidente del Gobierno y el líder de la oposición son incapaces de sentarse cara a cara y conversar. Confrontar ideas es sano. Contestar a las preguntas planteadas, también. El desgaste electoral se dispara cuando se dejan respuestas en el aire pues penalizan más los silencios que unas tesis sólidas y argumentadas.

Sin apenas darnos cuenta nos acercamos al ecuador de una discreta campaña. Solo Sumar, con la visita de Yolanda Díaz, y Vox, con el mitin de Santiago Abascal a pie de calle, han roto la monotonía. Los aragoneses esperan aún la visita del futuro presidente, sea el que sea. Regresará a Zaragoza el popular Alberto Núñez Feijóo el próximo domingo, pero del socialista Pedro Sánchez nada se sabe y pocos le esperan. Con trece escaños para el Congreso en liza, poco rentan las visitas. El rédito es tan bajo como la cuantía que se destina a inversión en Aragón en los Presupuestos Generales del Estado.

A pesar de la astenia electoral, de las vacaciones, del sofocante calor al que se enfrentarán el 23 de julio los votantes, la ciudadanía quiere participar. Lo reflejan las históricas cifras de voto por correo que en Aragón van a superar ampliamente las 75.000 peticiones. Aunque con la conciencia democrática en su punto más álgido, no hay tregua para los trabajadores de Correos.

Cuando se decide adelantar unas elecciones, hay que garantizar que los ciudadanos puedan ejercer su derecho al voto. Y eso implica reforzar el servicio de Correos y habilitar unas instalaciones dignas para quienes trabajarán a la fuerza en la fiesta de la democracia. No es lo mismo votar en abril, en mayo, en noviembre, que hacerlo en pleno mes de julio. Tan histórica o más que la cifra del voto por correo es la que concentra las alegaciones presentadas por los agraciados en el sorteo de las mesas electorales. Más de 2.290 zaragozanos han intentado librarse, y apenas 500 lo han conseguido. Si el 23-J les deja sin vacaciones, la astenia electoral será aún mayor para ellos. 

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