Feijóo contra sí mismo, Sánchez contra todo

El líder del PP busca acotar el 23-J a un solo desafío: por cuánto ganará

Entre Sánchez y Feijóo
Entre Sánchez y Feijóo
POL

La carrera hacia las generales bajo la insolación del 23 de julio es la historia de un aspirante tocado por el halo presidencial tras el vuelco que propinó al mapa el 28-M y la de un presidente trasmutado en aspirante que intenta inocular en los suyos el espíritu de la remontada del que ha hecho, casi, leyenda. Se trata de una batalla -de un relato- desigual por lo que dictaminaron las urnas hace un mes, por lo que predicen las encuestas en puertas de la campaña y por la sensación ambiental de cambio en un país que se asoma a las vacaciones papeleta en mano. Ese clima benigno para sus intereses que Alberto Núñez Feijóo intenta abanicar para persuadir al electorado de que lo que está en juego es con qué margen va a ganar las elecciones en su desafío de gobernar sin tener que coaligarse con Vox. Ese clima que Pedro Sánchez se esfuerza en revertir multiplicando su presencia en escenarios dispares -desde el plató con hormigas de peluche que también ha visitado su rival a la solemnidad trágica de su cita de este sábado en Kiev con Volodímir Zelenski- y remedando aquel «No estamos tan mal» del hiperactivo José Luis Rodríguez Zapatero.

Este 23-J bascula entre el mito del Sánchez invencible que siempre renace de sus cenizas y el mito del gallego imbatible que encadenó cuatro mayorías absolutas en su tierra. Feijóo contra sí mismo, con su equipo alentando «la oportunidad aritmética» de un triunfo lo bastante holgado como para desactivar a la izquierda y como para que Vox no pueda subirse a la parra de exigir entrar en la Moncloa. La sábana de esa expectativa ha de cubrir cuatro esquinas: que Feijóo se dispare por encima de los 150 escaños, que sume más que el tándem Sánchez-Díaz, que le pegue un acentuado mordisco de voto útil a la extrema derecha y que ensanche el trasvase de simpatizantes socialistas que en Génova cifran ya en un 12% traducido en 900.000 sufragios.

Los problemáticos pactos con Vox en los que la izquierda ve una palanca movilizadora son definidos por los populares como lo suficientemente «cruentos» como para intensificar la OPA sobre los votantes de Abascal y los del PSOE desafectos con Sánchez. La cuadratura del círculo presenta a Feijóo, en un caso, como la única alternativa real contra 'el sanchismo' y, en el otro, como el dique ante la extrema derecha. Enfrente, con un Sánchez remangado contra los elementos y renegando de Bildu y ERC, los socialistas se afanan en que hay partido. En que les alejan menos de cinco puntos de un Feijóo «a rastras» por su dependencia de Vox. En que mientras haya vida electoral y con Sánchez de por medio, hay esperanza.

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