La desinformación se afianza como la gran amenaza de los procesos electorales

Seguridad Nacional está mucho más preocupada por la proliferación de bulos y ciberataques que de las agresiones físicas o atentados

El número de concejales varía en función del censo de población
El número de concejales varía en función del censo de población
Javier Blasco/Heraldo

La cuenta oficial de Twitter del Ministerio del Interior es buena muestra de la preocupación en materia de seguridad en las elecciones del 28-M. "Conspiranoicos, terraplanistas y habitantes de Ganímedes empezarán pronto: ir a votar puede no ser seguro, faltan papeletas de tal partido, el voto por correo se manipula. Cuídate de los bulos, busca fuentes fiables. Y tranquilo, el sistema electoral es muy robusto".

"Cualquiera se fía del recuento automático. Ahí suman los votos que quieren, menudo chanchullo. Falso. ¿Sabes quién cuenta los votos? Los de la mesa. Es decir: tú mismo, tus vecinos, tus familiares... Complicado convencer a todos para participar en la conspiración".

"Tengo multas pendientes, la ITV sin pasar y deudas. En cuanto saque el DNI para votar me detienen. Falso. Según la Ley Electoral, todos los ciudadanos tienen derecho al voto salvo condenados por sentencia firme. Vota tranquilo, que nadie va a cruzar datos con tu DNI".

Los mensajes en redes esta semana del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska tienen mucha más intención de la que aparentan, ya que se centran en desmontar los principales bulos que el Departamento de Seguridad Nacional (DSN) y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) han localizado durante los meses de abril y mayo.

Campañas virulentas

Las campañas de desinformación en estas elecciones -sostienen altos responsables de la seguridad del Estado- están siendo "mucho más virulentas" que en las últimas citas electorales y se están centrando en tres puntos, según los documentos en manos de DSN. El primero es el supuesto pucherazo por la ampliación fraudulenta del censo con inmigrantes sin derecho al voto o residentes en el extranjero. El segundo es la manipulación del recuento de votos a través de Indra, empresa que da soporte técnico a los comicios, y que es un bulo que se viene repitiendo en todas las citas electorales desde 2016. Y el último es la compra o manipulación de voto por correo, una estrategia de desinformación que se ha visto aumentada de forma exponencial en las últimas horas después de que en Melilla, efectivamente, se haya confirmado una trama para adquirir más de 11.000 votos postales.

Los informes de Seguridad Nacional ni mucho menos descartan la amenaza terrorista de corte yihadista. Tampoco la posibilidad de sabotajes en infraestructuras críticas en vísperas de las elecciones o el mismo domingo de los comicios. El Ministerio del Interior también está preocupado por la actual crispación social y -explican fuentes de este departamento- se va a mantener intacto el habitual despliegue de miles de policías, guardias civiles y agentes autonómicos para la protección física en los colegios.

Pero machaconamente las principales preocupaciones que subyacen en todos los documentos que llegan a Presidencia del Gobierno son dos: un sabotaje durante el recuento y las campañas de desinformación con el fin de desestabilizar a las instituciones y desprestigiar al propio proceso electoral.

En el primero de los casos, el Gobierno ha activado sus principales instituciones -particularmente el CCN y el Incibe- para tratar de blindarse contra un hipotético ciberataque con el objetivo de tumbar el recuento electoral la tarde/noche del 28 de mayo.

Señalan a Rusia

En cuanto a la segunda amenaza, la desinformación, los últimos dossieres del DSN coinciden en que estas riadas de bulos no son fortuitas y no dudan en vincular directamente estas informaciones falsas, en muchos casos, a la intervención del espionaje de países hostiles, y muy en particular a los servicios del Kremlin o patrocinados por el régimen de Moscú. Esos informes insisten en "la necesidad de proteger los procesos electorales para contrarrestar la injerencia extranjera" y en el trabajo de las Fuerzas de Seguridad del Estado en los últimos meses en "la monitorización y seguimiento para la detección de campañas de desinformación e injerencia extranjera, especialmente ante eventos o momentos críticos para la seguridad pública en España, como pueden ser la futura Presidencia española de la UE o los procesos electorales previstos en 2023".

Incluso el CNI ha elaborado una guía dirigida a las formaciones políticas ante el temor de que esos países hostiles o 'hackers' a su servicio traten de robar información de los diferentes partidos que concurren a las elecciones con el fin de crear el caos, provocar filtraciones incómodas o azuzar campañas de desinformación usando documentos privados de las formaciones políticas

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