El CNI culmina una reorganización interna para reforzar la seguridad nacional

El servicio de espionaje ha tenido que adelantar su proceso de transformación digital por la pandemia y la guerra de Ucrania.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, junto a la directora del CNI, Esperanza Casteleiro.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, junto a la directora del CNI, Esperanza Casteleiro.
Fernando Alvarado

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha anunciado la culminación de un proceso de reorganización interna que ha durado cuatro años. El servicio de espionaje español, compuesto por más de 3.000 hombres y mujeres, ha llevado a cabo una "profunda transformación de la cultura de trabajo" para adaptarse al proceso de digitalización para hacer frente a los desafíos presentes y futuros con mayor eficacia, según explicó ayer la directora del CNI Esperanza Casteleiro, que estuvo acompañada en una comparecencia por la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el número dos de la institución, Arturo Relanzón.

Este plan comenzó tras el nombramiento de la anterior directora del CNI, Paz Esteban, y ha concluido bajo la etapa de su sucesora Casteleiro, que ayer abrió las puertas de La Casa -denominación coloquial de la sede central de esta institución adscrita al Ministerio de Defensa- para presentar esta importante modificación organizativa.

La irrupción de la pandemia de la covid-19, cuyas consecuencias económicas, industriales y energéticas "seguirán" afectando a corto y medio plazo, y la "agresión" a Ucrania por parte de la Federación Rusa han intensificado el ritmo de los cambios en los tres últimos años.

En este entorno, caracterizado por su "volatilidad", ha comentado Casteleiro, el CNI ha desarrollado un programa de transformación digital destinado a conseguir mejores capacidades en materia de obtención de información, integración y análisis, así como de perfiles profesionales y de procedimiento para anticiparse a las nuevas amenazas e impulsar los intereses estratégicos del país.

La novedad de esta reorganización interna es la creación de los llamados "centros de misión". Se trata de unas unidades específicas adaptadas a los objetos establecidos por el Gobierno en la directiva de inteligencia -las líneas de actuación generales de la institución-, con el fin de optimizar su funcionamiento y mejorar sus resultados.

El objetivo final, resumió Casteleiro, es adoptar un modelo con el que se garantice la coordinación y la comunicación entre los organismos que intervienen en la obtención de los datos y la adecuación continua de la metodología, los procedimientos y la distribución de los recursos.

En detalle, los cambios suponen un incremento de personal dedicado a la obtención de información por procedimientos técnicos y operativos, así como la potenciación de las capacidades idiomáticas y el aumento de expertos dedicados al análisis avanzado de información y a la elaboración y difusión de inteligencia.

"Necesidad de compartir"

La modificación de la "cultura de trabajo" del CNI supone que "el principio de necesidad de saber se complementa con otro cada vez más relevante: la necesidad de compartir", afirmó Casteleiro, que puso en valor los sistemas tecnológicos adquiridos por el Centro -este año cuenta con un presupuesto de 337 millones de euros- para la obtención, gestión y explotación informativa de los datos en unas condiciones de seguridad más elevadas.

La ministra Margarita Robles subrayó la necesidad de acercar el trabajo del Centro a los ciudadanos y asumió que el "desconocimiento" está motivado por el secreto al que obligan sus actividades. Una circunstancia que facilita "campañas de desinformación" y "conclusiones injustas", lamentó Robles.

Por su parte, Casteleiro coincidió en que la labor de los miembros del CNI es siempre anónima y discreta, pero su trabajo "ayuda a salvar vidas". "Es de todos. Es una suerte que tengamos estos servicios de inteligencia velando constantemente por la seguridad de los españoles", alabó.

Los servicios secretos españoles están compuestos por un 76% de personal civil, un 18% de Fuerzas Armadas y un 6% de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. De ellos, el 66% son hombres y el 44%, mujeres.

El director de Inteligencia del CNI (prefirió mantener el anonimato) explicó las cuatro áreas en las que se centra actualmente la inteligencia: inmigración ilegal, contraterrorismo, contrainteligencia y contraproliferación de armas no convencionales. Respecto a la primera, explicó que la labor del CNI se centra en las mafias y en ningún caso son objetivo los inmigrantes. Y en el apartado del terrorismo, destacó la inestabilidad del Sahel, la región subsahariana, como el gran desafío presente y futuro para la seguridad nacional.

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