La portavoz de Vox en el Parlamento de Andalucía, Macarena Olona, ha anunciado este viernes que abandona la carrera política por motivos de salud. "Ha llegado el momento de poner fin a esta etapa por razones médicas ajenas a mi voluntad", ha anunciado en una carta publicada en Twitter.

Olona dice haber comunicado esta decisión este mismo viernes al presidente de Vox, Santiago Abascal. El partido en un comunicado asegura que Olona deja "una huella imborrable de ejemplo y trabajo".

En Vox no ocultaron que la marcha de Olona supone la "pérdida de un gran activo" en un momento en el que la formación de Santiago Abascal no pasa, al menos en las encuestas, por uno de sus mejores momentos. 

La hasta ahora portavoz del partido en el Parlamento de Andalucía, insistieron en el partido, deja un "gran vacío" a pesar de que sus resultados en las elecciones a la Junta del pasado junio en las que fue cabeza de lista estuvieron muy lejos del 'macarenazo' con el que los de Santiago Abascal pretendían entrar en el Gobierno autonómico de Sevilla como semanas antes habían hecho en el de Castilla y León.

Olona no especificó este viernes en su comunicado de despedida los motivos de salud "ajenos a su voluntad" por los que se marcha. No obstante, en su carta dio a entender que estaba enferma desde hace tiempo y que, incluso, aceptó ser candidata a la Junta de Andalucía la pasada primavera ya afectada de esa dolencia. "Conseguí concluir la pasada campaña electoral andaluza y quiero agradecer el esfuerzo de todo el partido para hacerlo posible, adaptándose a mis necesidades y protegiendo mi intimidad. Creí que bastaría con mi sola voluntad, pero la salud no entiende de compromisos", escribió la política alicantina, quien insistió en que su prioridad pasa a ser su recuperación.

"Ahora debo afrontar un importante reto personal, por prescripción médica, incompatible con mi exposición mediática y la entrega que Andalucía merece y exigiría", señaló la exportavoz de Vox, quien garantizó que, tan pronto su le sea "posible" volverá al "servicio público", retomando su carrera en la Abogacía del Estado que abandonó para incorporarse al partido de Santiago Abascal.

Macarena Olona, a través de ese comunicado que difundió a través de Twitter junto a las fotos de su reunión con Abascal en la que le anunció su adiós, subrayó que ha sido un "privilegio compartir estos años de enorme crecimiento para Vox, además de miles de kilómetros recorridos, jornadas interminables y la permanente entrega a España". "Un honor ser parte de esta familia que no ha perdido la esperanza del cambio que merece España. Una familia cada vez mayor", abundó.

"Solo puedo tener palabras de gratitud para Macarena Olona. Estoy seguro de que el gran servicio que ha prestado a Vox y a España no es nada al lado del que prestará en el futuro. En esta casa, que es la suya, siempre tendrá las puertas abiertas", se despidió Abascal de la que durante estos años ha sido su mano derecha y 'azote' del Gobierno en el Congreso de los Diputados hasta su salto a la política andaluza. El partido en un comunicado afirmó que Olona deja "una huella imborrable de ejemplo y trabajo".

Sorpresa

La enfermedad de Olona, como ella dio entender en su comunicado, era conocida en algunos círculos del partido, pero su decisión de abandonar la vida política al final de este curso legislativo fue una sorpresa entre la mayoría de los cuadros de Vox y en el resto de los partidos.

La renuncia a su carrera política se produce solo 40 días de los comicios andaluces. Que los resultados de Olona en las elecciones del 19 de junio no eran los deseados por Vox (solo pasó de 12 a 14 diputados autonómicos) no era ningún secreto, pero Olona se había comprometido a continuar en el parlamento andaluz como portavoz de su grupo, sin siquiera ser líder de la oposición a Juan Moreno.

El desembarco de Olona en Andalucía supuso un importante 'roto' para el partido de Abascal, ya que esta abogado del Estado, curtida durante años en el País Vasco, era en realidad la gran arquitecta jurídica del partido. Su candidatura a la Junta no estuvo, ni mucho menos, exenta de polémica. Su empadronamiento en la localidad granadina de Salobreña, en la que nunca ha residido, fue denunciado como fraude, si bien la Junta Electoral lo dio finalmente por bueno.