Los acusados de matar al concejal Ardines niegan su participación en el crimen

La defensa centra sus bazas en rectificar sus confesiones y cuestionar a la UCO mientras la fiscal dice que hay indicios de sobra para una condena.

Los cuatro acusados, durante el juicio, detrás de sus respectivos abogados.
Los cuatro acusados, durante el juicio, detrás de sus respectivos abogados.
EP

Tenía 52 años, mujer y dos hijos cuando el concejal Javier Ardines fue asesinado. Ocurrió en el verano de 2018, a escasos 100 metros de su vivienda y el juicio en el que se procesa a los cuatro acusados de acabar con su vida se va a disputar a todo o nada. Así quedó claro desde que comenzó este martes a las diez de la mañana. De un lado la fiscal y la familia de la víctima responsabilizan a todos por igual y piden 25 años de cárcel para cada uno, con independencia de si idearon el crimen o se mancharon las manos de sangre. Ellos en cambio se presentaron ante el jurado popular como hombres inocentes, víctimas de una injusticia.

"No tengo nada que ver con la muerte de esa persona, no estuve nunca en Llanes y no sé quién es ni Javier Ardines ni Pedro Nieva". Djilali Benatia, uno de los dos supuestos sicarios que acabaron con la vida de Ardines, negó este martes durante la primera sesión del juicio que se celebra en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, en Oviedo, que hubiese matado al concejal a cambio de 25.000 euros. Ante el jurado popular y durante unos 18 minutos, declaró solo a preguntas de su abogado, Adrián Fernández, y lo hizo para tratar de desvirtuar su primera declaración de confesión ante la jueza instructora. "Durante tres días la guardia civil me amenazó, me pegó hasta tortas, me liaron", dijo con apariencia serena y decidida. "Me dijeron que si firmaba la declaración iba a estar dos o tres años en la cárcel y que si no, me iba a caer asesinato como los otros tres, así que lo pensé y dije, vale, pues estoy dos años y después estoy con mi familia", añadió.

Con esa familia, su mujer y sus dos hijos, se encontraba en el piso de Bilbao el día de su detención, el 19 de febrero de 2019. "Rompieron la puerta con metralletas, entraron con un perro oliendo la ropa y todo, los niños y mi mujer estaban asustadísimos, a día de hoy siguen yendo al psicólogo, y a mí me llevaron y me tuvieron tres días metido en los calabozos sin poder ver ni a un abogado ni nada", explicó el ciudadano argelino en un fluido castellano. "Llevo viviendo en España veinte años, mi mujer es española", dijo. Sobre su compatriota, para quien la fiscal también pide 25 años de cárcel por el delito de asesinato, explicó que eran "amigos y paisanos". Sobre Jesús Muguruza, el hombre que presuntamente puso en contacto a Pedro Nieva (supuesto autor intelectual del crimen) con los dos sicarios, aseguró que "lo conocía de pescar en el puerto, solo de eso, solo hablábamos de pesca, nada más". Negó haber estado en Llanes el día del crimen, el 14 de agosto de 2018, y también el 27 de julio de ese mismo año, cuando supuestamente tendieron otra emboscada de la que la víctima escapó sin enterarse siquiera.

Tras la declaración de Benatia llegó el turno del otro presunto autor material del crimen, Maamar Kelii. Más escueto y contestando prácticamente con monosílabos a su abogado, aseguró que nunca había estado en Llanes y que no conocía Pedro Nieva y Jesús Muguruza. A Benatia lo conocía, -"teníamos buena relación hasta que declaró contra mí cuando estaba en Suiza"- por ser compatriotas y vivir también en Bilbao. Negó que hubiese intentado escapar a Argelia, "tenía a mi madre mala y voy siempre que puedo", dijo, y que luego intentase hacer lo mismo a Suiza.

Sobre por qué un teléfono de su propiedad fue recogido por la antena de telefonía en Llanes la noche del crimen, rechazó tener una respuesta clara. "No lo sé, este teléfono lo usábamos muchos de mi familia, mi mujer, mis hijos, mi sobrino que vive con nosotros... El teléfono lo perdimos a mitad de agosto y nunca supe más de él", manifestó. Su declaración se prolongó durante unos diez minutos. Antes, durante las más de tres horas que se prolongó las cuestiones previas planteadas por los abogados y la fiscalía, Maamar Kelii bostezaba y miraba al infinito.

Relación extraconyugal

Este miércoles será el turno de la declaración de Jesús Muguruza y Pedro Nieva, el presunto inductor que habría planeado el crimen por los celos que sentía por la relación extraconyugal de su mujer, Katia Blanco, y Javier Ardines, marido de la prima carnal de Katia. "Los encuentros sexuales entre ambos se prolongaron desde que ella era adolescente, unos 30 años", mantiene la fiscalía. Es precisamente esa vida privada y oculta de la víctima a la que hicieron referencia los cuatro abogados de la defensa para sustentar la absolución de sus clientes.

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