El 'boom' de los políticos que dan el salto a los platós

Los líderes de distintos partidos se convierten en tertulianos de radios y televisiones en la recién estrenada temporada, con el riesto de eclipsar a sus formaciones.

Intervención de Pablo Iglesias en el curso de verano de la Complutense
El caso más palmario de salto a las tertulias es el de Pablo Iglesias
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Pablo Iglesias, Carmen Calvo, José Luis Ábalos, José Manuel García Margallo, Susana Díaz, Esperanza Aguirre... Algunos continúan en política, otros llevan tiempo alejados de los focos y varios estaban en el Gobierno hace solo dos meses. Todos con un denominador común: serán tertulianos en radios y televisiones en la recién estrenada temporada.

Ciertamente, este 'boom' de políticos tertulianos no es algo nuevo. Margallo, por ejemplo, ya colaboraba regularmente con diferentes medios. También Cristina Cifuentes ha sido habitual en los platós. O José Bono, Cristóbal Montoro, Manuela Carmena, Leire Pajín, Xavier Doménech, Celia Villalobos, Miguel Sebastián... La lista es larga. Pero la diferencia ahora es que muchos de estos fichajes estrella ocupaban puestos de alta responsabilidad en la Administración hasta hace nada. Ante esta situación, cabe preguntarse: ¿Son las tertulias las nuevas puertas giratorias?

El profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Carlos III Pablo Simón así lo cree. Aunque, a su juicio, son ·una especie de puerta giratoria digna". Y es que el fichaje de los políticos por los consejos de administración de las grandes compañías siempre reporta cierto "reproche moral", cosa que no sucede con su nuevo papel de tertulianos. Coincide con este análisis la politóloga Verónica Fumanal. La transición al mundo mediático, dice, es más "transparente". En cambio, "cuando los políticos fichan por las grandes empresas, y después se ve que no se toman medidas" contra las prácticas abusivas, "la gente se mosquea más".

"Es un fenómeno que está vinculado con la espectacularización de la política"

También hay que tener en cuenta que no todos los políticos que abandonan la primera línea tienen una plaza fija a la que volver.". "Lo que no podemos hacer es decir que no a todo. No podemos criticar que tengan un sueldo vitalicio -que encima es mentira, porque solo lo tienen unos pocos-, criticar que se ganen la vida con otras actividades...", expone Fumanal. "Porque, si no, sólo se dedicarían a la política los ricos y los funcionarios".

Lo que denota esta moda de que políticos renombrados vayan ahora a los platós es que "se han convertido en 'celebrities'", analiza la experta. "Llaman la atención más allá de su papel político", lo cual "no tiene por qué ser necesariamente malo". "Nos interesa su vida, lo que piensan...». Es un fenómeno que «está vinculado con la espectacularización de la política", explica Simón. A fin de cuentas, los políticos que se han incorporado a las tertulias en esta nueva temporada "generan filias y fobias". Lo cual, tampoco hay que perderlo de vista, seguramente genere jugosos picos de audiencia para las cadenas. No en vano la tertulia semanal que protagonizan desde el pasado lunes Iglesias, Calvo y Margallo en la Ser fue anunciada a bombo y platillo como el plato fuerte de la temporada.

El también profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Carlos III Lluís Orriols considera positivo que "los políticos, después de su paso por las instituciones, quieran entrar en el debate público". Al fin y al cabo, las tertulias de radio y televisión son "foros de fuerte impacto mediático", por lo que "es lógico que sean atractivos para quien quiera influir en la opinión pública".

Pero hay otra derivada, no menor, en todo este asunto. Varios de los que ahora dan el salto del escaño al plató han estado en política hasta hace muy poco. Y ocupando puestos de altísima responsabilidad. Iglesias y Calvo eran nada menos que vicepresidentes del Gobierno. Ábalos, ministro y 'número tres' del PSOE. "No sé hasta qué punto el hecho de que gente que ha estado en el Gobierno hasta hace tan poco vaya ahora a los medios como tertulianos es algo consensuado con sus partidos", se cuestiona Simón.

Eclipsar el partido

El caso más palmario es el de Iglesias. Tras más de cuatro meses de silencio mediático, desde que abandonara la política después del fiasco de las elecciones madrileñas, esta semana ha regresado con fuerza al foco de la actualidad. No por casualidad sus artículos e intervenciones en la radio han copado titulares. Y es que la sombra de quien fuera fundador y alma máter de Podemos es aún demasiado alargada. Para Fumanal, «en esta decisión de pasar tan rápido al mundo mediático, está lastrando las opciones de crecer de Ione Belarra y Yolanda Díaz», sus sucesoras al frente de Podemos y en el Ejecutivo. "Si dice algo en contra de lo que digan Belarra o Díaz. ¿Cuál va a ser el titular?".

"No es negativo que los políticos después de su paso por las instituciones, quieran entrar en el debate público"

Para Orriols, todo dependerá del papel que el exvicepresidente quiera jugar ante los micros: si el de analista independiente, con un protagonismo que eclipse al partido, o, en cambio, está "en sintonía" con los postulados de Podemos y ejerce de altavoz de los mismos. Esto último, a juicio del experto, sería lo "coherente" con la forma en que se marchó de la política. "Dejó la vicepresidencia y el liderazgo del partido; no sería lógico que ahora cortocircuitase esos relevos", puntualiza.

Para Fumanal, que estos políticos convertidos en estrellas mediáticas acudan a los platós es una situación "mucho más incómoda para los partidos que para los ciudadanos". De hecho, lo que se desprende es que "los partidos han perdido el control de quién va a los medios en su representación", sostiene.

Porque el de Iglesias no es el único caso que puede levantar ampollas en su antiguo partido. Como señala la experta, seguramente tampoco en el PSOE estén excesivamente cómodos con Susana Díaz acudiendo a los platós, teniendo en cuenta que ha sido firme opositora de Pedro Sánchez desde que se enfrentaran en las primarias de 2017. O con la de Ábalos. Sin ir más lejos, en su estreno en el programa 'Todo es mentira' de Risto Mejide confesó que no había hablado con el presidente desde su destitución. Alguien de quien había sido íntimo. Y es que ahora es un verso libre con un micrófono delante.

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