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Los restos de sangre hallados en el barco de las niñas desaparecidas en Tenerife son del padre

Se cumplen siete días de la desaparición de las niñas y su padre. Los investigadores tratan de reconstruir los últimos movimientos del progenitor para encontrar pistas de su paradero.

Registro de la casa del padre de las niñas desaparecidas en Tenerife.
Registro de la casa del padre de las niñas desaparecidas en Tenerife.
EFE

Los restos de sangre hallados por la Guardia Civil en la embarcación del padre de Anna y Olivia, desaparecidas desde el pasado martes, pertenecen a su progenitor, Tomás Antonio G.C., igualmente en paradero desconocido, han informado a Efe fuentes cercanas al caso.

El hombre zarpó por última vez desde la Marina de Tenerife, en el puerto de Santa Cruz, en la medianoche del martes al miércoles, y entonces fue visto solo, sin la compañía de las niñas, cargando varias maletas y bolsos en su embarcación, una lancha de unos seis metros de eslora.

El barco fue localizado horas más tarde a la deriva y sin nadie a bordo frente al Puertito de Güímar.

En esa zona, el dispositivo de búsqueda localizó flotando en el mar una silla de retención infantil de una de las niñas.

Es precisamente ahí donde efectivos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil están realizando inmersiones estos días.

La investigación discurre por diversas vías y se barajan varias hipótesis, entre ellas, que una o varias personas ayudaran a Tomás Antonio G.C. a llevar adelante un plan preconcebido, apuntan fuentes consultadas por Efe.

Antes de que se le perdiera el rastro, el padre habló por teléfono con la madre de las niñas, de la que estaba separado, y le dijo que nunca más las volvería a ver ni a él tampoco.

El rastreo por mar y aire se ha ido extendiendo con el paso de los días hacia el suroeste de Tenerife y también en zonas más alejadas de la costa, siguiendo el curso de las corrientes.

En paralelo, la Guardia Civil continúa con varias pesquisas en tierra, como por ejemplo un segundo registro en la vivienda de Igueste de Candelaria que tuvo lugar este lunes, esta vez con la intervención de agentes de la unidad central operativa (UCO), especializada en los casos más complicados.

Siete días sin las niñas

En la noche de este martes se cumplirán siete días de la desaparición de Anna y Oliva, de uno y seis años, junto a su padre, Tomás Gimeno, en Tenerife, el mismo día en el que debía haber entregado a las menores a su madre, de la que está separado, el pasado martes, 27 de abril.

Fue entonces cuando una llamada de Gimeno a la madre de las pequeñas la alertó, ya que le avisó de que no volvería a ver a sus hijas ni a él, lo que la llevó a denunciar el caso ante la Guardia Civil, que desde ese momento trabaja por encontrar pistas que le lleven al paradero de las menores, así como del padre, teniendo abiertas varias hipótesis en una investigación declarada secreta.

Así, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 3 de Güímar (Tenerife) ha incoado diligencias previas sobre el padre de las menores por la presunta comisión de un delito de secuestro, así como durante el pasado fin de semana dictó una orden internacional de búsqueda.

Desde que la madre denunciara los hechos, la Guardia Civil ha liderado un dispositivo que rastrea por tierra, mar y aire no solo la zona que abarca desde la Punta de Anaga hasta el Puertito de Güimar, sino también la zona sureste y oeste de la isla después de encontrar en las primeras horas de la desaparición el barco de Tomás, a la deriva y vació, frente a la costa de Güimar.

El dispositivo está formado por el servicio aéreo y marítimo de la Guardia Civil, el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) y la Unidad Orgánica de Policía Judicial, que está al frente de la investigación, además de agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de Madrid. Asimismo tienen el apoyo de Salvamento Marítimo y del helicóptero del 112 de Canarias. 

El pasado sábado, Beatriz, madre de las menores, quiso lanzar un mensaje de esperanza en el que deseaba que todo el mundo tuviera "una emoción fuerte de que aparezcan y que den las gracias por adelantado, sintiendo de corazón que ya están con su madre".

"Mi mensaje es que manden mucha luz y amor a las niñas, que estoy segura que están bien. Que no miren las noticias alimentando la mala energía, que todo el mundo piense que las niñas son una bonita luz que están protegidas y que cuando menos lo esperemos estarán jugando y corriendo felices", dictaba el mensaje publicado por COPE Canarias, recogido por Europa Press.

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