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Ciudadanos se ve impotente para frenar la sangría de bajas

Las últimas deserciones provocan la pérdida del grupo en el Senado y debilita su posición en el Congreso al perder uno de sus diez escaños,

Madrid 18 mar. (COLPISA, María Eugenia Alonso)
Inés Arrimadas
Inés Arrimadas, presidenta de Ciudadanos.
Guillermo Mestre

Ciudadanos se desangra sin que Inés Arrimadas pueda hacer nada para taponar la herida. Cuando hace poco más de un semana la líder liberal bendijo la moción de censura contra el PP en Murcia, no contempló en ningún momento que su movimiento iba a desencadenar la guerra total con los populares y a hacer saltar por los aires la coalición en Madrid. Dos errores de cálculo que han empujado al partido al fondo del abismo y que han terminado por quebrar los grupos del Congreso y el Senado.

En las últimas 24 horas, tres parlamentarios han decidido abandonar el barco dejando al partido naranja sin grupo propio en la Cámara alta a partir de junio y sin la correspondiente subvención económica, que asciende a 387.000 euros. De los tres, solo la diputada Marta Martín ha decidido entregar su acta. Los otros dos senadores Ruth Goñi, por Navarra, y Emilio Argüeso, por la Comunitad Valenciana, retendrán su escaño y se integrarán en el Grupo Mixto. Seguirán así el mismo camino que un día antes emprendió el diputado sevillano Pablo Cambronero, que con su salida debilitó la posición de los naranjas en el Congreso al perder un sillón de los diez que tienen. «Quien no crea en el centro que se vaya cuanto antes», advirtió hoy el portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal.

En la dirección creen que el goteo de salidas está orquestado desde la calle Génova para que cada día haya un nuevo abandono y prolongar la imagen de un partido en descomposición. No dudan de que habrá más «sorpresas» cuando esté a punto de presentarse la candidatura de Isabel Díaz Ayuso para las elecciones de Madrid del próximo 4 de mayo. La presidenta madrileña ha sondeado ya a su exconsejera de Cultura, Marta Rivera de la Cruz, y no descarta otras incorporaciones de más desertores de las filas liberales. «Se quieren cargar a Ciudadanos pero no lo van a conseguir», aseveró el abogado del Estado y hombre fuerte de Arrimadas.

Bal puso su mejor cara para despedir a Martín, la hasta ahora portavoz de Educación en el Congreso y una de las parlamentarias más veteranas de la formación. La alicantina dio el salto a la política en 2015 de la mano de Albert Rivera y desde entonces ha revalidado su escaño en cada cita electoral. «Es una gran experta en materia de educación y universidades. Quiero destacar cómo ha luchado con tesón en la tramitación de la 'ley Celaá'», dijo el portavoz, que alabó haber dado el paso «con dignidad» al entregar su acta de parlamentaria. Se va «con dignidad» al renunciar a su escaño, actitud que no tuvieron sus dos compañeros de fuga.

Martín no estaba satisfecha con la posición y las decisiones que su partido estaba tomando e hizo llegar a la dirección una petición para reflexionar sobre la estrategia y el rumbo de la formación tras la carambola murciana. Hoy se lo transmitió en persona a la propia Arrimadas después de que ésta reuniera a su grupo parlamentario para hacer una férrea defensa de que el centro político es pactar a ambos lados del tablero. La diputada mostró su disconformidad y anunció su salida. «Que ese escaño no sirva jamás para dar alas ni a nacionalismo ni a la corrupción», pidió en su despedida.

En términos muy similares se expresó en su carta de despedida Goñi, que sostuvo que Ciudadanos «ha cambiado de ideología». El partido, considera la senadora navarra, «ha enterrado sus valores liberales para seguir abrazándose al 'sanchismo'». Un «cambio ideológico» que también resaltó Argüeso para justificar su adiós, y que la dirección de Ciudadanos niega. «Hemos sido coherentes. Somos el puente entre el PP y el PSOE, lo venimos demostrando desde el 10 de noviembre; no han entendido nada», afirmó Bal.

Argüeso, a quien el partido ha abierto un expediente por sospechas de que estaba ofreciendo «prebendas» para alentar el transfuguismo hacia el PP, fue descubierto el miércoles comiendo, según publicó 'El Español', con sus dos compañeras disidentes y el exsecretario de Organización de Ciudadanos, Fran Hervías, que ya tiene despacho en la sede del PP. «Una imagen vale más que mil palabras», dicen en el entorno de Arrimadas, donde no hay duda de que Hervías está detrás de la operación de «acoso y derribo» para que Pablo Casado consiga su anhelada «reunificación del centroderecha» gracias a los desertores.

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