Las pensiones bajarían una media del 5,5% con la propuesta del Gobierno

Como es habitual, el nuevo año traerá cambios en el sistema de pensiones, que suponen en definitiva otro endurecimiento de las exigencias para acceder al retiro: jubilarse a los 65 años será ya historia.

Pensionistas
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El informe que el ministro se la Seguridad Social quiere enviar a Europa sobre la reforma de las pensiones contiene la promesa muy polémica: el aumento del periodo de cómputo de las nuevas pensiones de 25 a 35 años. Fuentes del Ejecutivo explican que en este texto no solo se explica la reforma. También se realiza un cálculo del impacto de esta medida en las nuevas pensiones: una rebaja media del 5,45% de las pensiones, aunque no de forma homogénea. Esta cifra implica que el Gobierno reconoce que la reforma supondría una importante bajada de las pensiones futuras con respecto a lo que cobrarían los pensionistas si no se aplicara esa reforma, algo que ha generado un importante conflicto político entre las dos almas del Gobierno. La reforma de las pensiones es uno de los asuntos más destacados en la agenda del Gobierno

Como es habitual, el nuevo año traerá cambios en el sistema de pensiones, que suponen en definitiva otro endurecimiento de las exigencias para acceder al retiro: jubilarse a los 65 años será ya historia... salvo para aquellas personas que tengan largas carreras de cotización. Así, desde enero la edad oficial de retiro se sitúa en los 66 años y alcanzará los 67 en 2027. Unos cambios que son consecuencia de la aplicación de la reforma aprobada en 2011 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero -aunque con el consenso del resto de partidos y agentes sociales-, que introdujo una serie de medidas que comenzaron a aplicarse de forma progresiva a partir de 2013. El objetivo último no es otro que retrasar la edad de retiro y, en cierta forma, reducir la cuantía de la prestación, sobre todo si no se cumplen las nuevas condiciones, para tratar de contener el gasto en pensiones, que año a año crece sin tregua y supera ya los 158.000 millones de euros en 2020. Y sin visos de reducirse, sino todo lo contrario. Por eso, desde 2013 cada año hay que trabajar un poco más para poder jubilarse, máxime si se quiere acceder a la mejor pensión posible.

Pero la nueva edad de jubilación no es el único cambio que traerá el nuevo año a consecuencia de las condiciones que entran en vigor en 2022, sino que hay otras modificaciones que ha introducido el Gobierno ajenas a la reforma del 11.

Hay que trabajar dos meses más para poder jubilarse

A partir de enero, para poder jubilarse con el 100% de la pensión serán necesarios 66 años, dos meses más que ahora, para quienes no tengan carreras largas de cotización. En este sentido, el periodo cotizado exigido también se eleva en tres meses y para poder retirarse con los 65 años de antaño habrá que haber estado pagando las cuotas a la Seguridad Social durante al menos 37 años y tres meses, frente a los 35 años que se exigían antes de esta reforma. El objetivo es que a partir de 2027 la edad legal quede establecida en 67 años si no se ha trabajado como mínimo 38,5 años.

Se tomarán los últimos 24 años para el cálculo 

En paralelo al aumento gradual de la edad legal de jubilación comenzó a elevarse el periodo de cómputo para calcular la cuantía de las nuevas pensiones, aunque en este caso de forma aún más acelerada. Si antes de la reforma se utilizaban los últimos 15 años de cotización, en 2022 se tendrán en cuenta los últimos 25 años. En 2021 se suma un año más y se calcularán las pensiones con los últimos 24 años de trabajo, con lo que la base reguladora saldrá de dividir por 336 las bases de cotización durante los 288 meses anteriores al momento de dejar la vida laboral. Y lo más probable es que esta situación no se quede en los últimos 25 años, sino que el propio ministro José Luis Escrivá ya ha planteado su intención de seguir ampliando este periodo hasta los 35 años, una medida que, no obstante, no goza del visto bueno de Unidas 

Podemos ni de los sindicatos.

Más edad para acceder y más años de cotización. Los requisitos de acceso cambian para poder acogerse a la jubilación parcial, que posibilita compatibilizar la jubilación y un puesto de trabajo a tiempo parcial. Se retrasa a los 62 años el acceso y además se endurece: solo podrán hacerlo con esta edad quienes hayan cotizado un mínimo de 35 años y tres meses, tres meses más que en 2020. De igual manera, se alarga a los 63 años (cuatro meses más que ahora) el acceso a este tipo de retiro para los que dispongan de 33 años cotizados.

Una subida de las pensiones del 0,9% 

Las pensiones volverán a subir en 2021 otro 0,9%, el mismo porcentaje que este año, ya que vuelve a ser la previsión que tiene el Gobierno de crecimiento de la inflación para el próximo ejercicio, lo que supondrá de media algo más de 9 euros más al mes.  Los cerca de diez millones de pensionistas habrán ganado por segundo año poder adquisitivo, ya que los precios se han desplomado un 0,8% a consecuencia de la pandemia. Esto significa que su poder de compra ha aumentado un 1,7% (con el dato de noviembre), casi un 3% en los últimos dos años. Pero a consecuencia de esto los pensionistas no recibirán a principios de 2021 la famosa 'paguilla' que se les ingresa cuando la inflación resulta finalmente mayor a la prevista por el Ejecutivo.

Los cambios que traerá la futura reforma de las pensiones

El Gobierno comienza ya a cumplir el acuerdo del Pacto de Toledo: subidas con el IPC, fin del déficit, endurecimiento de las jubilaciones anticipadas...

El próximo año no solo habrá cambios en el sistema de pensiones como consecuencia de la reforma de 2011. La novedad es que habrá además modificaciones derivadas de la próxima, de la que viene. Así, el Gobierno ha asumido ya en 2021 algunas de las propuestas que hace el Pacto de Toledo y que gozan de un amplio consenso, como revalorizar las pensiones con el IPC, eliminar gran parte de los gastos impropios de la Seguridad Social y fomentar los planes complementarios de pensiones, medidas que se prevén materializar en el primer semestre de 2021.

No será esta una reforma de calado, como las que se hicieron en 2011 y 2013, pero, por mucho que lo pretendan edulcorar, supondrá otra vuelta de tuerca que endurecerá aún más las condiciones para jubilarse, porque uno de los grandes objetivos es retrasar la edad de retiro. Además, se abre la puerta a tener en un futuro pensiones menos generosas, ya que el Pacto de Toledo apuesta por «conceder una mayor relevancia a la carrera de cotización del trabajador en la determinación de la cuantía de su pensión». Y ampliar el número de años de cotización para el cálculo de la base reguladora provoca generalmente una reducción de la pensión media.

No hay que olvidar que lo que se pretende, además de terminar con la actual incertidumbre, es lograr la sostenibilidad del sistema. Y para ello hace falta ajustar gastos y aumentar los ingresos, que es, en definitiva, lo que busca esta reforma que ahora se inicia y que supondrá también un cambio en el sistema de cotización de los autónomos.

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