Volver a ser vecinos: España y Portugal se reencuentran

Durante 108 días, tan solo ha habido 9 puntos dentro de los más de 1.200 kilómetros de frontera compartida por los que portugueses y españoles podían cruzar al país vecino.

España y Portugal abren sus fronteras tras tres meses y medio cerradas

La Raya o la Raia, según se escriba a uno u otro lado de la frontera hispanolusa, ha sido la última frontera del espacio Schengen en abrir tras las medidas para detener la pandemia. Este miércoles se puso fin a una situación extraordinaria que no se veía desde 1995, el último año en que los vecinos españoles y portugueses usaron el pasaporte para cruzar.

Durante 108 días, tan solo ha habido 9 puntos dentro de los más de 1.200 kilómetros de frontera compartida por los que portugueses y españoles podían cruzar al país vecino, siempre con un documento que avalara la necesidad de hacerlo. Uno de ellos fue el paso fronterizo de Caia, en el centro sur de la frontera y uno de los puntos más utilizados para cambiar de país. Este paso fue el elegido hoy por las máximas autoridades de ambos países para sellar la reapertura en una visita oficial.

El acto comenzó en la ciudad española de Badajoz y concluyó en la localidad lusa de Elvas, y fue protagonizado por el rey de España, Felipe VI, el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, y los jefes de sus respectivos gobiernos, Pedro Sánchez y António Costa.

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Tras un acto simbólico en Badajoz, las autoridades se desplazaron al castillo de Elvas. Allí escucharon los himnos, pasearon por la explanada exterior de la fortificación donde contemplaron el territorio español que puede verse desde allí y posteriormente mantuvieron una reunión privada para analizar el impacto de la covid-19.

En medio de la expectación mediática por el acto institucional, la ciudadanía espera retomar la normalidad lo antes posible, porque el tópico de la gasolina y las toallas más baratas al otro lado sigue tan vigente como antes y los lazos comerciales de ambos países son un bien demasiado preciado como para descuidar. "Al fin y al cabo somos hermanos", resume a Efe un comerciante portugués.

El turismo vecino, clave para la economía de la frontera

Novex es una de las tiendas de textiles de Elvas más visitadas por los españoles. Su encargado, Abel Cortes, cuenta a Efe que el cierre de la frontera ha sido "muy complicado" para la economía del pueblo.

"Ha sido muy difícil porque encontramos una gran diferencia en el ambiente, por la buena relación e incluso por la amistad que tenemos con nuestros clientes que son de muchos años", lamenta Cortes antes de asegurar que Elvas ha estado "igual" de atenta a la situación de ambos países. "Vienen muchos españoles, no solo de vacaciones sino también a hacer las compras en el sector que nosotros trabajamos", narra ataviado con su mascarilla.

Este miércoles a se ha celebrado una simbólica ceremonia de reapertura de la frontera con Portugal con actos a ambos lados del río Caia tras tres meses y medio cerradas debido a la pandemia de coronavirus. En Badajoz, el rey Felipe junto a Pedro Sánchez han recibido al presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, y al primer ministro portugués, Antonio Costa.

La joven Magda Casaca regenta una pastelería donde no faltan los típicos postres portugueses: "para nosotros ha sido fatal porque el turismo nos hace mucha falta, con la frontera cerrada hemos echado mucho en falta a los españoles que viajan mucho, compran mucho y les gusta mucho nuestra gastronomía, necesitamos la frontera abierta", explica a Efe. Por lo pronto, la visita de las autoridades hizo que se notara "más movimiento" en la ciudad y dio esperanzas para que "de aquí en adelante vaya mejor la pastelería".

Al otro lado de la frontera, el director técnico del Instituto Extremeño de Reproducción Asistida, Jose Antonio Domínguez, declara a Efe en Badajoz que durante el cierre de fronteras no pudo desplazarse a la clínica que también tienen en Lisboa.

Domínguez espera que la reapertura de la frontera devuelva la confianza a las pacientes que aplazaron sus citas y cuenta que poco a poco ven "repuntes" en la solicitud de tratamientos. "Aunque en Portugal no ha sido tan alta la incidencia, hay gente que le da miedo hacerse el tratamiento y esto tiene una incidencia económica. La afluencia ha sido menor, no ha sido aplastante pero está afectando mucho", zanja.

Vivir a un lado y al otro

Además del turismo y las compras, hay quien cambió de país para largas temporadas de su vida. Es el caso de la española Marta Muñoz, con siete años residiendo en la capital lusa, donde vive con su marido portugués y su hija de casi dos años.

"Decidí probar y me quedé", manifiesta Marta a Efe desde Lisboa donde asegura que para estos vecinos es más fácil emprender un proyecto de vida "por el idioma y la proximidad": "los portugueses te lo ponen muy fácil", revela.

Durante el confinamiento en Portugal, uno de los países más precoces en tomar medidas de aislamiento, Marta vivió la situación "como una montaña rusa" en la que solo se dio cuenta de la "gravedad" de la pandemia "cuando no se veía fecha final". Ahora prepara ya las maletas y prevé volver a Badajoz en los siguientes días para reencontrarse con su familia. "Estoy deseando, lo primero que voy a hacer es darle un gran abrazo a mi madre, aunque se que ella irá directa a su nieta, me voy a quedar con el primero", remata.

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