Por
  • Esperanza Pamplona

Lo que hemos cambiado en dos años

Manifestación de estudiantes el 8M
Miles de personas en la huelga del 8-M del año pasado, en Zaragoza
Raquel Labodía

Las mujeres volverán a salir a la calle mañana. Este año no hay huelga, se ha desechado como estrategia aunque parece claro que cumplió su función. Fue una llamada de atención y provocó una adhesión mayoritaria de las mujeres si no tanto al paro sí a la reivindicación en casa y en la calle. Es raro encontrar hoy mujeres que de un modo u otro no se sientan identificadas con el término ‘feminismo’.

El Gobierno ha querido celebrar la fecha con la nueva ley de Violencias Sexuales, que contiene cambios muy necesarios pero que ha sido presentada de forma precipitada buscando más lo mediático que lo sustancial, algo que acabará por lastrarla.

Pero con aciertos y con errores, con canciones y gestos, el avance que se ha producido en los dos últimos años en el camino de la igualdad ha sido espectacular. La conciencia social ha cambiado. Los gestos machistas ya no gozan de aceptación, ni siquiera de condescendencia, producen un rechazo frontal de hombres y mujeres. Y el reproche se expresa en voz alta. 

Ese camino ya no tiene vuelta atrás. Pero ni el nivel de violencia ni las agresiones hacia las mujeres han disminuido, más bien al contrario. Tampoco la brecha salarial, ni la paridad en muchos ámbitos… Son muchas cuentas pendientes, pero el camino es éste y hay que seguir.

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