Por
  • Alberto Jiménez Schuhmacher

Colegios no electorales

Un colegio electoral en Zaragoza.
Un colegio electoral en Zaragoza.
Raquel Labodía

Los centros educativos públicos hay domingos que son lo más. Los de elecciones. Todos se igualan. Todos tienen sus papeletas, sus urnas, sus confesionarios… hay presidentes, vocales, apoderados, policías... Y si se da la circunstancia de que dentro vota algún candidato… ¡se convierten en los ‘afterhours’ de la ‘Fiesta de la Democracia’!

Este año he visto a muchos políticos en redes sociales votando, sonriendo (no sabían el resultado) en muchos de los colegios e institutos en los que he dado alguna charla. Todos parecían colegios maravillosos. Pero no son todos iguales ni tan divertidos el lunes siguiente. ¡Lástima que se vote en domingo! Debería votarse con los chavales dentro para contemplar la realidad de muchos centros educativos.

No hay maestros, hay héroes. Suelo llevarme mi ordenador y adaptador porque mis presentaciones de Powerpoint dan problemas en versiones de Windows de otras décadas. Como el mobiliario, ‘vintage’. Y cuando muchos colegios han intentado renovar sus WC con los presupuestos participativos… Mejor que de logopedas en infantil no hablemos, que no es enseñanza obligatoria. Y eso que estamos muy bien comparados con otras comunidades autónomas.

En unas elecciones nos jugamos unos congresistas, senadores, diputados, concejales y alcaldes. Si todos los colegios electorales están bien equipados y tienen todos esos medios humanos y técnicos en los domingos electorales… ¿Por qué no lo están el resto de año cuando nos jugamos todo el futuro de nuestra sociedad?

Alberto Jiménez Schuhmacher es jefe del grupo de Oncología Molecular del IIS Aragón

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