Casa Real

El adiós del Rey emérito de la vida pública coincide con el despegue de la Princesa

Desde hace cinco años la presencia de don Juan Carlos era limitada y, sobre todo, representó a España en tomas de posesión de presidentes latinoamericanos.

Hace cinco años, cuando Juan Carlos I dio un paso atrás y cedió el testigo a su hijo, Felipe VI, se abrieron muchas incógnitas sobre cuál sería su papel a partir de entonces y si mantendría el título de Rey o utilizaría el de Conde de Barcelona, el mismo que adoptó don Juan hasta su muerte en 1993. Ahora, tras anunciar su decisión "firme y meditada" de abandonar su actividad institucional, surgen otros muchos interrogantes sobre cómo será su jubilación. Mantendrá la consideración de Rey y capitán general de las Fuerzas Armadas en la reserva, así como el estatus jurídico que ha tenido desde su abdicación, cuando quedó aforado ante el Tribunal Supremo.

Pese a haber cancelado su agenda institucional, don Juan Carlos percibirá en su integridad la asignación económica prevista para este año que, según queda reflejado en los Presupuestos Generales de Estado, asciende a 194.232 euros brutos. En la Zarzuela no se plantean cambios "inmediatos" y aplazan estos hasta el 2020, cuando se vuelvan a aprobar las partidas destinadas a la Casa del Rey. Al dejar de desarrollar actos oficiales, los recursos humanos y presupuestarios de los que dispone el rey emérito –cuenta con un despacho propio para atender sus tareas en el Palacio Real y una secretaría oficial– podrían modificarse. En todo caso, la última palabra la tendrá Felipe VI, que es el que administra el presupuesto de la institución. Fuentes de la Zarzuela no descartan que el exjefe del Estado tenga una asignación vitalicia, aunque de menor cuantía que la actual, a semejanza de la que tienen los expresidentes del Gobierno, que ronda los 75.000 euros anuales.

A partir de ahora don Juan Carlos desaparecerá de la agenda de la Familia Real que se distribuye cada semana a los medios de comunicación, aunque, en el caso excepcional de que el Rey precisara de su presencia, podría volver a representar a la Corona. Desde que le cediera el trono a Felipe VI, la actividad de don Juan Carlos ha sido más bien discreta. En estos cinco años su misión de mayor relevancia institucional ha sido representar a España en las tomas de posesión de los presidentes latinoamericanos. Una tarea que él había ideado previamente para que su hijo, el entonces príncipe de Asturias, conociera y fuera conocido en América Latina. Pero la presencia del rey emérito perdió su sentido, y en los últimos relevos presidenciales delegó en la entonces presidenta del Congreso, Ana Pastor.

En la carta que dirigió días atrás a Felipe VI para anunciar su decisión, el rey emérito detallaba que había estado "madurando" esta idea desde su 80 cumpleaños, y que se reafirmó en ella "con motivo de la inolvidable conmemoración del 40 Aniversario" de la Constitución en las Cortes Generales, "un acto solemne" y "lleno de emoción" para él. "Me hizo evocar, con orgullo y admiración, el recuerdo de tantas personas que contribuyeron a hacer posible la Transición política y renovar mi sentimiento de permanente gratitud hacia el pueblo español, verdadero artífice y principal protagonista de aquella trascendental etapa de nuestra historia reciente", decía el texto, difundido por el palacio de la Zarzuela.

Don Juan Carlos precisaba que, aunque desde su abdicación ha desarrollado actividades institucionales "con el mismo afán de servicio a España y a la Corona" que le inspiraron durante su reinado, cinco años después cree que ha llegado el momento de "pasar una nueva página" de su vida y retirarse definitivamente de la vida pública. "Con una firme y meditada convicción, hoy te expreso mi voluntad y deseo de dar este paso y dejar de desarrollar actividades institucionales, a partir del próximo 2 de junio", señalaba el texto, añadiendo que toma esta decisión "desde el gran cariño y orgullo de padre" que siente por él y con su "lealtad siempre". El ex jefe de Estado se dirige a su hijo como «"Majestad, querido Felipe" y se despide: "Un grandísimo abrazo de tu padre".

El último de los actos del rey emérito tendrá lugar este domingo en Aranjuez en homenaje a su madre, doña María de las Mercedes, una apasionada de la fiesta. El adiós de don Juan Carlos coincide además con el despegue institucional de su nieta, la Princesa de Asturias, que va cobrando presencia en un marco de futuro para el que está siendo preparada.

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