Mucha información, poco debate y malos actores

Albert Rivera ganó de largo. Fue el que mejor debatió y el que mejor utilizó la imagen. Iglesias fue, probablemente, el que mejor habló, aunque dio la impresión de que estaba un tanto aislado, de que era un verso suelto. Sánchez supo defenderse, y eso que hubo momentos en los que estaban prácticamente todos contra él. Y quien tenía que arriesgar más, Pablo Casado, se quedó corto.