Así ha cambiado el PSOE de Pedro Sánchez en solo dos años

Entre el acuerdo firmado con Ciudadanos en 2016 y el pacto presupuestario con Podemos hay grandes diferencias

Sánchez firma el acuerdo, con Iglesias a su espalda, el pasado 11 de octubre
Sánchez firma el acuerdo, con Iglesias a su espalda, el pasado 11 de octubre
Zipi/EFE

El acuerdo firmado días atrás por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias fue un pacto presupuestario pero no solo eso: sienta las bases de un eventual acuerdo de gobierno entre el PSOE y Podemos. Comparar el contenido de este documento con el firmado en 2016 por Sánchez y Albert Rivera -ese sí, un contrato de gobierno en toda regla- depara conclusiones interesantes que afectan principalmente al actual mandatario socialista, pero también a los líderes de los partidos naranja y morado. Entre ambos textos hay bastantes diferencias pero también algunas coincidencias.

Al final de esta página, un amplio cuadro gráfico sintetiza y compara ambos textos.

Primero, hay que expresar una cautela: aunque como se ha dicho el acuerdo firmado por Iglesias y Sánchez va más allá de los presupuestos, es cierto que no abarca todos los apartados en los que probablemente incidiría si fuese de gobierno, como por ejemplo la reforma constitucional o las relaciones internacionales. Estos dos aspectos sí que están profusamente recogidos en el texto que suscribieron el secretario general del PSOE y el presidente de Ciudadanos. Cabe la posibilidad, por otro lado, de que Sánchez e Iglesias hayan utilizado esta eventualidad para evitar entrar en temas -como el de la Carta Magna- en el que es probable que haya más discrepancias que otra cosa.

Dicho esto, quizás el aspecto más destacado son las diferencias en materia fiscal. Aquí las similitudes entre el documento de 2016 y el de 2018 son escasas. Una de ellas: hace dos años se abogaba por "elevar la recaudación sin subir los impuestos a la clase media trabajadora, desplazando parte del peso de la carga tributaria hacia la riqueza" y ahora, por "recuperar la progresividad del sistema, haciendo que quienes más capacidad económica tienen contribuyan en mayor medida".

En el impuesto de sociedades, Sánchez ha pasado de aceptar que los tipos efectivos se acerquen a los nominales a proponer un tipo mínimo del 15% que no afectará a las pymes, más otras acciones como limitaciones a las plusvalías por actividades en el exterior. En el IRPF, si en 2016 se proponía reducir la tributación “cuando la situación presupuestaria lo permita”, en 2018 hay subida de impuestos para las rentas más altas.

Llama la atención que hace dos años el líder socialista aspirase a "armonizar" el impuesto de sucesiones y donaciones y el de patrimonio" y a terminar con la competencia autonómica en ambos casos, mientras que ahora evita hacer referencia al de sucesiones y aumenta un 1% el de patrimonio a las grandes fortunas. Mientras, los cambios en el IVA son mínimos en los dos documentos.

En materia de nuevas tasas, Sánchez ha pasado de “estudiar la creación de un “impuesto extraordinario sobre las grandes fortunas” a proponer uno sobre las transacciones financieras y otro a las grandes empresas digitales, la llamada tasa Google.

Diferencias en materia de empleo

En cuanto al empleo, hay también grandes diferencias. Llama la atención que el acuerdo entre el PSOE y Podemos apenas entre en la reforma de un mercado de trabajo cuyo mal funcionamiento es puesto en duda tanto por los expertos como por los propios datos.

En 2016, Sánchez aceptó en parte algunas de las principales banderas de Ciudadanos en este ámbito, como la denominada mochila austriaca o una aproximación al contrato único (en realidad serían dos, uno indefinido y otro temporal, más los de relevo y a la formación) y la denominada mochila austriaca. En 2018 no se recogen mecanismos de calado para reformar el mercado. Una coincidencia: ambos sugieren recuperar el subsidio por desempleo para los parados mayores de 52 años.

Hace dos años se cerró una subida “de al menos el 1%” en el salario mínimo interprofesional, mientras que en el actual texto el aumento es superior al 20%, hasta los 900 euros.

También ambos documentos se refieren a la extensión de los permisos de paternidad y maternidad. En 2016 se aprobó “pasar de las 18 semanas actuales a 26”, que el intransferible de maternidad pase de 6 a 8 semanas y que el de paternidad sea de 8 semanas intransferibles. Mientras, en el pacto con Podemos se equiparan en ambos casos “hasta las 16 semanas de forma progresiva”.

Nueva coincidencia, aunque algo difusa: en los dos textos se propone la igualdad retributiva entre mujeres y hombres para acabar con la brecha salarial.

Una de las medidas estrella de Sánchez e Iglesias la subida de las pensiones mínimas y no contributivas en el 3%, y el resto con el IPC. En 2016 los términos fueron mucho más vagos, con una referencia a “garantizar la sostenibilidad y suficiencia del sistema público de pensiones” y puntos como “reconocer a todas las mujeres un bonus de dos años de cotización por cada hijo o hija”.

Ni supresión de aforamientos ni limitación de indultos

En apartados como sanidad, servicios sociales, familia o pobreza se percibe más cercanía entre lo firmado por el PSOE y Ciudadanos en 2016 y lo que proponen los socialistas y Podemos para los presupuestos. Por ejemplo, ambos abogan por restablecer la universalidad de la cobertura sanitaria, por universalizar la escuela entre los 0 y los 3 años, por implantar un ingreso mínimo vital -como prestación no contributiva en 2016 y, en 2018, estructurado al principio como un incremento en la prestación por hijo a cargo- y por revertir los cambios impulsados por el PP en la Ley de Seguridad Ciudadana (o ley mordaza).

Pero también hay grandes omisiones y diferencias. En el acuerdo más reciente, el Gobierno de Pedro Sánchez no incluyó algo que sí estaba en el acuerdo con Ciudadanos: la revisión de los acuerdos con la Santa Sede. Lo mismo sucede con la “derogación inmediata de la prisión permanente revisable”, como aparecía entonces. Por cierto que hay que destacar el cambio de posición en esta materia de Albert Rivera, quien ahora apoya que esta medida permanezca en el Código Penal.

Tampoco hay referencia en el acuerdo de Sánchez e Iglesias a la eliminación de los aforamientos, la prohibición de indultos en delitos de corrupción o la limitación del mandato del presidente del Gobierno en dos legislaturas. Todas estas iniciativas fueron rubricadas por el líder del PSOE en 2016.

En sentido contrario está una novedosa medida, una regulación de la publicidad del juego de azar y apuesta en línea de ámbito estatal, que Podemos ha incluido en su pacto con el PSOE.

Estos son las principales similitudes y diferencias en los documentos de 2016 y 2018:


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