Sánchez seguirá

Hay buenas razones para que el presidente del Gobierno convoque elecciones generales para antes de final de año. Para empezar, que ese era un compromiso implícito en su moción de censura. Y sobre todo que, tal como están las cosas, desde el punto de vista del interés general de España es casi imposible que la actual legislatura produzca fruto alguno. El Ejecutivo no está en condiciones, dada su minoría parlamentaria, de llevar adelante ninguna reforma coherente y de largo recorrido. Y el país necesita muchas. Si a eso se le añade la torpeza que muestran las continuas contradicciones y rectificaciones del Gobierno, la conclusión es que seguimos tan atascados como en los últimos años de Rajoy. Pero el instinto de supervivencia le dice a Sánchez que siga adelante, que alargue la legislatura tanto como pueda, con presupuestos o sin presupuestos. Porque si deja la Moncloa no está nada claro que pueda regresar. Las encuestas -véase la de Metroscopia que hoy publica HERALDO- siguen situando al PSOE como partido más votado, pero la aritmética parlamentaria le podría jugar una mala pasada. Mejor, no correr el riesgo.