La rueda del hámster
Tenemos nuevo Gobierno en la Generalitat. Y aunque muchos esperábamos que esto fuera un punto de inflexión para desbloquear las cosas de una vez, todo apunta a que Cataluña sigue metida en la misma rueda, como un hámster loco que no deja de girar hacia ninguna parte.
El nuevo president, Joaquim Torra, ha pedido perdón por sus tuits antiespañoles, pero sus incendiarios mensajes dejan claro qué tipo de persona está desde esta semana al frente de la Generalitat.
Cataluña necesita diálogo y negociación, y alguien que hace del racismo su bandera no parece el más adecuado para conseguirlos.
Y no tiene nada que ver con sus ideario nacionalista. Se puede ser separatista y luchar por la causa de la independencia, pero solo asumiendo que el marco es la Constitución y que cualquier reforma de la misma requiere conseguir los apoyos suficientes en Madrid.
Muchos nacionalistas catalanes se quejan de que llevan años reclamando su derecho a un referéndum sin que nadie les haga caso. Olvidan que los cambios extraordinarios requieren acuerdos extraordinarios.
Y si algún día este país se plantea una reforma constitucional que permita la escisión de una comunidad autónoma habrá que hacerlo con el máximo consenso y sin imposiciones ni trampas. Los políticos catalanes tendrán que convencer al resto y tendrán que hacer lo que les toca, política, un viejo arte que consiste en hablar, discutir y pactar una y mil veces hasta que logres ganarte a tu interlocutor.
Por eso, la elección de Torra no es una buena noticia. Artículos suyos que se han recuperado estos días evidencian que solo considera catalanes a quienes defienden la independencia. Y mal va a negociar con Madrid quien ni siquiera tiene en cuenta a la mitad de los ciudadanos a los que representa.
La elección de un supremacista al frente de la Generalitat solo añadirá más gasolina al incendio que se vive en Cataluña desde hace meses. No hay luz al final del túnel. La rueda sigue girando.
