Presupuestos sin garantías
El Gobierno ha aprobado el proyecto de Presupuestos de 2018 con seis meses de retraso. En un año preelectoral, plantea un aumento del gasto que espera compensar con un récord de ingresos. No obstante, aún no cuenta con los apoyos parlamentarios suficientes para que salga adelante.
Mariano Rajoy ha puesto sobre la mesa unas cuentas del Estado que acaban con el ciclo de austeridad. Nacen al calor de las próximas elecciones autonómicas y locales, en las que el PP se juega recuperar poder territorial o incluso no perder el que tiene ahora; y, al mismo tiempo, con el objetivo de cumplir el compromiso con la UE de reducción del déficit. Contemplan un incremento del gasto público y una bajada de impuestos porque auguran una recaudación récord gracias a la mejora de la economía. No obstante, solo saldrán adelante si el presidente del Gobierno logra el respaldo parlamentario del PNV y del diputado de Nueva Canarias. Esta va a ser la clave durante los dos próximos meses.
Albert Rivera ya ha anunciado el apoyo de Ciudadanos. Se muestra así como la fuerza que proporciona estabilidad. Además, anima el enfrentamiento con los nacionalistas, puesto que en julio podría haber repetición electoral en Cataluña, y no le sería fácil repetir los excelentes resultados de diciembre. En cuanto al PNV, ha condicionado su voto favorable a que finalice la aplicación del artículo 155 en Cataluña, aunque eso no depende tanto del Gobierno como de la obstinación de los independentistas. En Vitoria quieren medir al milímetro su apoyo al PP, pero el acuerdo presupuestario del año pasado fue muy rentable para el País Vasco y, además, creen que los secesionistas catalanes han perdido la cabeza.
