Pulsos, insultos, largos recesos y muchos nervios

Los vocales del PSOE-Aragón en el comité federal apenas salieron de la sede del partido.El turolense Casas, increpado por los partidarios de Sánchez pese a votar a su favor.

La secretaria de Organización del PSOE-Aragón, Pilar Alegría, al entrar a la sede delPSOE.
La secretaria de Organización del PSOE-Aragón, Pilar Alegría, al entrar a la sede delPSOE.
Diego Puerta

Llegaron al filo de las nueve de la mañana y ya no salieron de la sede del PSOE federal hasta que ya había caído la noche sobre Madrid. La delegación aragonesa en el comité federal del PSOE cumplió ayer con lo que se esperaba de ella y aguantó hasta el último minuto de reunión el pulso interno dentro del partido. En la votación que se produjo a última hora de la tarde, hubo solo dos discrepancias con la postura del PSOE-Aragón. La ya conocida de Susana Sumelzo y la del turolense Simón Casas.


En total, entraron por la puerta de Ferraz once socialistas aragoneses.Junto a Javier Lambán, acudieron Marcelino Iglesias, Víctor Morlán,Mayte Pérez, María José Navarro,Rosa María Roy,Mercedes Trébol, Alfredo Gómez y Simón Casas. Lambán es miembro por ser el secretario general en Aragón, mientras el resto lo son por ser vocales designados por el partido. Todos estuvieron acompañados por la secretaria de Organización del PSOE-Aragón, Pilar Alegría. Al no ser miembro del comité federal, la también consejera de Innovación y Universidad estuvo en la sede pero no en la sala donde se desarrolló la reunión.


Junto a estos nombres faltan todavía dos: Susana Sumelzo y Carlos Pérez Anadón. La primera, que no ha dimitido de la Ejecutiva, sí entró en la sede y se sentó en la parte del comité federal en la que se situó Pedro Sánchez.


Pérez Anadón siguió los acontecimientos desde fuera de la sede, ya que la dirección actual no le había dejado entrar. El político zaragozano, que dimitió de la Ejecutiva federal el pasado miércoles, estuvo reunido con el resto de vocales salientes en una cafetería cercana a la sede del PSOE. No se sabía si, en algún momento, tendrían que entrar.

"Yo soy un trabajador"

Las ganas de evitarse gritos de quienes esperaban fuera hizo que la mayoría de la delegación aragonesa no saliese del edificio.Pese a todo, hubo quienes lo intentaron, con mayor o menor éxito. Mayte Pérez utilizó uno de los numerosos recesos que se produjeron para acercarse a un bar y comprarse un bocadillo.En su caso, logró salir y entrar sin grandes problemas.


Bastante peor lo tuvo el turolense Simón Casas, que fue alto cargo de la DGA durante el periodo de Marcelino Iglesias. En su caso, varios de los manifestantes que rodeaban la sede del PSOE le siguieron por toda la calle al grito de traidor y acusándole de ser del PP. Casas –que, sin llegar al punto de Sumelzo, es el miembro aragonés menos reticente con la deriva de Sánchez– intentó salir del paso diciendo que "yo soy un trabajador". Pronto se dio cuenta de que quienes le gritaban tampoco atendían a sus explicaciones, así que dejó de dirigirse a ellos.

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