El etarra Fernando Díez Torre ha sido excarcelado después de que el Tribunal Supremo (TS) haya dado el visto bueno a su puesta en libertad, en función del criterio establecido por el Tribunal Constitucional el pasado mes de abril cuando anuló la aplicación de la "doctrina Parot" a varios presos.

Según dictaminó el Constitucional, prolongar la condena cuando el licenciamiento definitivo de un preso ya es firme vulnera el derecho a la "intangibilidad de las resoluciones judiciales", y ese es el argumento con el que el TS estima el recurso de Díez Torre contra el auto de la Audiencia Nacional que fijó su fecha de su excarcelación en 2022.

Díez Torre fue puesto en libertad a mediados de este mes tras el fallo de la Sala de lo Penal del Supremo, que, en una sentencia fechada el pasado día 27, explica que este preso etarra ya contaba con varias resoluciones judiciales firmes que establecían que obtendría la libertad definitiva en mayo de 2011 o julio de 2012.

Posteriormente, la Audiencia Nacional, en septiembre de 2011, acordó que por aplicación de la "doctrina Parot" no procedía el licenciamiento definitivo del etarra en esas fechas, sino en 2022, ya que los beneficios penitenciarios debían descontarse de cada una de las penas a las que fue condenado y no del límite máximo de cumplimiento fijado en 30 años.

Sin embargo, la sentencia del Supremo, de la que ha sido ponente el magistrado Juan Saavedra, indica que el recurrente contaba con diversas "hojas de cálculo" de las autoridades judiciales en las que se habían aplicado los beneficios de redención sobre el cumplimiento máximo de 30 años.

Según el TS, este cálculo fue aceptado "tácitamente" por la Audiencia, "generando con ello una expectativa en el penado que ha venido a variar sorpresivamente y en contra del reo" con sus últimas decisiones.

Díez Torre, que ingresó en prisión en 1992, formaba parte del "comando Ekaitz" de ETA, que entre octubre de 1991 y marzo de 1992 actuó en Zaragoza, Barcelona, Tarragona, Valencia y Murcia.

Fue condenado por varios delitos de atentado, asesinato y robo, entre ellos el atentado contra un cuartel de la Guardia Civil en Murcia, en el que murió un Policía en 1992, y el asesinato de tres militares.