El verano, con 81,5 millones de desplazamientos previstos por las carreteras españolas con motivo de las vacaciones, es la época en la que, además de conducir con seguridad, es posible un mayor ahorro de combustible en el coche.

Según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), "una conducción eficiente permite gastar hasta un 15% menos de gasolina, que se traduce en un posible ahorro de unos 300 euros por automóvil al año".

La aplicación de 10 sencillas claves que propone un estudio de Anfac tiene además de una mejora en el bolsillo del conductor, un impacto medioambiental importante y positivo capaz de reducir las emisiones de CO2 hasta un 30%.

Basta con seguir algunos consejos prácticos, de los que aquí ofrecemos algunas pistas a modo de recomendación. Arranque y puesta en marcha. A la hora de arrancar el motor es preferible no pisar el acelerador e iniciar la marcha inmediatamente después del arranque. En motores turboalimentados es mejor esperar unos segundos antes de iniciar la marcha. Primera marcha. Usarla solo para arrancar y rápido cambiar a segunda. El motor, además, sufre menos. Aceleración y cambio de velocidades. En los motores de gasolina es recomendable cambiar de marcha entre las 2.000 y 3.500 revoluciones por minuto. En los diésel, sin embargo, el cambio para una conducción eficiente es conveniente realizarlo entre las 1.500 y 2.000 revoluciones. Uso de las marchas. Anfac señala que se ha de circular el máximo tiempo posible en las marchas más largas y a bajas revoluciones. Cuando se circule por ciudad, siempre que sea posible, es preferible utilizar cuarta y quinta marcha sin sobrepasar los límites de velocidad. Velocidad de circulación. La fluidez a la hora de circular es la clave para reducir el consumo. Mantener la uniformidad sin frenazos, aceleraciones y cambios de marcha innecesarios permite más ahorro. Reducción de la velocidad. Cuando el objetivo sea bajar la velocidad, el gasto será menor si se levanta el pie del acelerador y dejamos rodar el vehículo con la marcha que tengamos seleccionada en ese instante. Frenar de forma suave con el pedal de freno y reducir la marcha lo más tarde posible con especial atención en las bajadas son otros de los consejos. Detención. Siempre que la velocidad y el espacio lo permitan, hay que detener el coche sin reducir previamente la marcha. Paradas. En los momentos en que se realicen paradas prolongadas (por encima de un minuto), es recomendable apagar el motor. Anticipación y previsión. Para ser previsores y anticipar obstáculos o reducciones bruscas de velocidad, Anfac explica que es necesario guardar una distancia de seguridad que permita ver dos o tres vehículos por delante. Así, el conductor podrá hacer frente a imprevistos sin verse obligado a pisar el pedal de freno, y podrá reducir la velocidad levantando el pie del acelerador. Por encima de todo ha de primar siempre la seguridad. Anteponiendo a estas normas de conducción eficiente, la patronal sitúa la seguridad, que ha de prevalecer sobre cualquier fórmula de ahorro, si bien Anfac señala que seguir los pasos anteriores favorece la seguridad vial. Otras iniciativas

Además de este decálogo de buenas medidas para una conducción eficiente, desde Anfac y la Dirección General de Tráfico se proponen otras iniciativas que ayudan a un ahorro de consumo.

Es importante, dicen, el adecuado uso del automóvil. No hay que olvidar nunca planificar previamente la ruta, mejor si es la más corta y menos congestionada y evitar el exceso de equipaje. No sobrecargar el vehículo también reduce el consumo ya que por cada 100 kilogramos se incrementa un 5%, aproximadamente.

También se aconseja que si no hace excesivo calor, es preferible siempre que se pueda no encender el aire acondicionado. Aumenta el gasto de carburante un 20%, aunque tampoco es aconsejable bajar totalmente las ventanillas para que entre el aire. En este caso se estará gastando más combustible para que el coche se mueva.

Y, por último, pero no menos importante, mantener el automóvil a punto también es un hábito conveniente a la hora de ahorrar y contaminar menos. Los gastos en revisiones, a la larga, merecen la pena.

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