Las denuncias por violencia de género aumentan un 47% en el último año en Soria

El Juzgado recibió 121 frente a los 82 casos de 2013. En su mayoría fueron de riesgo leve.

Acto de Antígona contra la violencia de género
Las denuncias por violencia de género aumentan un 47% en el último año en Soria
Mariano Castejón

Las denuncias presentadas en el Partido Judicial de Soria por mujeres que han sufrido violencia de género aumentaron un 47,5% en el último año, pasando de las 82 de 2013 a hasta 121 en el pasado año. Un incremento que puede tener una lectura positiva, a pesar de la gravedad del asunto. Según explica el juez del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3, de Violencia de Género y Familia, Javier Gómez, "quiero ver que se denuncia más por las campañas de concienciación y sensibilización, porque no se espera a la segunda torta, no porque haya habido un aumento de la violencia".


Y fundamenta su percepción en que los casos que llegan al juzgado no son de riesgo alto. Todo indica que las mujeres no permiten un hipotético agravamiento de su situación, adelantan el momento.


La violencia que se denuncia es física, es la gota que colma el vaso, pero generalmente llega después de un maltrato psicológico, de la violencia verbal, "a la que no han querido dar importancia", explica el juez.


De las 121 denuncias registradas en 2014 de violencia contra la mujer, 25 fueron condenatorias por la conformidad del acusado. En 16 ocasiones el hombre no reconoció los hechos y la causa tuvo que ser remitida al Juzgado de lo Penal, y hasta en 53 el proceso terminó con el sobreseimiento provisional, lo más relevante de estos últimos es que en una gran mayoría viene motivado porque la víctima no quiere declarar contra su presunto agresor. En el menor de los casos es por falta de pruebas suficientes, según aprecia el juez. El resto de los asuntos aún están pendientes de practicar diligencias.


El incremento en el número de denuncias viene parejo al alza en las presentadas por ciudadanas españolas, 75 frente a 46 de mujeres extranjeras. Un año antes, la relación era de 45 autóctonas por 35 de fuera. Eso sí, son de todas las edades y condición. "Se dan casos de novios de unos 20 años, y eso que se supone que son educados en la igualdad", lamenta el juez. Lo más habitual es que esas conductas vayan asociadas a los fines de semana y al consumo de alcohol, "a agresiones puntuales, muchas veces en la calle", matiza Gómez, entre parejas que no conviven. "No se detectan casos de violencia habitual en gente joven. Es en los mayores en los que se detecta un maltrato continuado", explica.


En su opinión, la situación de crisis económica también está influyendo en este tipo de conductas: "Se produce una disputa en casa porque muchas veces los cónyuges pasan una situación económica mala, atraviesan problemas, estrés, crispación, y eso se traduce en violencia no justificada".


En todo el año pasado el Juzgado de Violencia de Género interpuso 57 órdenes de protección (denegó dos porque las pruebas no eran suficientes). Sólo en una ocasión el alto riesgo de que la situación volviera a repetirse y la gravedad de las consecuencias llevaron a decretar el ingreso en prisión del acusado. Asimismo, únicamente un presunto agresor fue obligado a portar la pulsera para controlar vía GPS que no se acerque a su víctima. "Se impone cuando la situación es bastante grave, si no en Soria no son muy efectivas porque por las condiciones de la ciudad estaría pitando todo el tiempo, cada vez que se acercan a menos de 500 metros. Pueden coincidir en cualquier tienda o en el coche, porque Soria es muy pequeña", incide el juez, "si tiene trabajo ha de dejarlo". La explicación es que la medida adoptada ha de ser proporcionada a la gravedad del hecho y el riesgo de la mujer.


La pulsera se utiliza cuando la valoración es de riesgo alto, según los atestados de la Policía, matizada por el juez tras las entrevistas pertinentes.