CUBA

Raúl Castro advierte que la crisis mundial se notará en la isla

En la celebración política más importante del año en Cuba, el presidente Raúl Castro confirmó el pronóstico de que se avecina una época de austeridad mundial que el país tropical enfrentará con recursos limitados. En este contexto el líder cubano ha solicitado a sus compatriotas que que trabajen y produzcan más. Respecto a su relación con Estados Unidos el presidente cubano aseguró que el nuevo presidente deberá decidir "si mantiene su absurda política con Cuba" y aseguró que ellos no bajaran la guardia "gane quien gane en Estados Unidos". Raúl citó repetidamente en su discurso a su hermano mayor, Fidel Castro, cuyo retrato gigante presidió la ceremonia.


El mandatario cubano dirigió el habitual mensaje a la nación en la fecha que recuerda el asalto al cuartel Moncada, el primer hecho de armas de la revolución que triunfó en 1959 y que en esta ocasión se celebró en el mismo edificio que fue uno de los bastiones militares de la época, en la oriental ciudad de Santiago de Cuba.


Con su uniforme de general, el mandatario pronunció un discurso de 50 minutos en Santiago de Cuba, en el 55 aniversario del comienzo de la revolución, ante unos 10.000 santiagueros a los que prometió la solución a todos los problemas de agua potable diaria para el 2010.


Pero el presidente ha pedido a los cubanos que no se acostumbren a recibir solo noticias buenas. Castro pintó un sombrío panorama mundial económico que impactará a la isla. Castro no hizo ningún anuncio de índole económica, ni dio pistas respecto al futuro de la ineficiente economía socialista que heredó de manos de su convaleciente hermano Fidel, al que reemplazó en febrero en la presidencia.


"La revolución ha hecho y continuará haciendo cuanto esté a su alcance para seguir avanzando y reducir al mínimo las inevitables consecuencias de la actual crisis internacional para la población", explicó en Santiago de Cuba, en el extremo oriental de la isla.


"Hay que acostumbrarse a no sólo recibir buenas noticias", prosiguió ante el cuartel que asaltó en 1953 bajo las órdenes de su hermano. Raúl Castro ya había advertido hace un par de semanas que el negativo contexto internacional podría frenar sus planes para aumentar los salarios y reactivar la economía.


Por ello Castro insistió en la necesidad de que los cubanos sean eficientes y ahorren, sobre todo en combustibles. Así Castro ha enfriado las expectativas y ha pedido a sus compatriotas que hagan más sacrificios, que trabajen y produzcan más, porque los retos de Cuba son "grandes y difíciles".


El discurso contrastó con el pronunciado el año pasado, donde esbozó un plan de gobierno orientado a modernizar el sistema socialista y aumentar la productividad. Raúl Castro habló sobre la continuidad del socialismo, pero no dio pistas sobre sus próximos pasos en el proceso de cambios iniciado al asumir la presidencia en febrero.


Advertencia a EE.UU.


Vestido con su uniforme de general, Castro advirtió que Cuba no bajará la guardia aunque Barack Obama, el aspirante demócrata a la presidencia de Estados Unidos, llegue en noviembre a la Casa Blanca. "La defensa continuará sin descuidarse, independientemente de los resultados de las próximas elecciones presidenciales de los Estados Unidos", aclaró.


La celebración suponía el segundo aniversario de la última aparición pública de Fidel Castro. La fachada art déco del Moncada estaba adornada con una gigantesca fotografía del ex líder cubano en su uniforme verde olivo con el puño en alto. Volviéndose hacia la foto, Raúl le dedicó el 55 aniversario del Día de la Rebeldía.


En especial, mencionó un discurso de hace 35 años, cuando el entonces presidente advirtió que los objetivos materiales del pueblo "no pueden ser muy ambiciosos", lo cual sigue vigente, según el actual mandatario. Castro concluyó reiterando que la revolución cubana es "socialista" y que él no traicionará jamás a los mártires de la revolución.