Un total de 25 personas han muerto y otras 192 han sido detenidas desde que comenzaron los enfrentamientos en Río de Janeiro el pasado domingo, según un balance oficial divulgado ayer por la Policía Militar.

La ola de violencia desatada en algunas favelas de Río de Janeiro ha obligado al despliegue de unos 17.500 soldados y decenas de policías del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) en busca de los peces gordos del narcotráfico, mientras que todavía circulan por las calles varios tanques tipo M113 equipados con armamento de guerra.

Los grupos de narcotraficantes han respondido a los operativos de seguridad quemando vehículos y disparando contra los oficiales.

Según los datos de la Policía Militar, un total de 96 coches han sido incendiados durante las revueltas, en las que han resultado heridos tres oficiales.

La Copa del Mundo de Fútbol

Esta es la primera vez que la Infantería de Marina y la Policía Militar realizan un despliegue conjunto de esta naturaleza en Río de Janeiro, ciudad que albergará la Copa del Mundo de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.

Mientras, helicópteros de la Fuerza Aérea Brasileña se incorporaron ayer a los operativos contra los cárteles de la droga. Los aparatos -dos del Ejército y uno de la Policía- fueron vistos también en las conocidas playas de Copacabana, una de las zonas más turísticas de Brasil.

Un grupo de 800 hombres de la Brigada Paracaidista Militar ha sido designado para controlar todos los accesos a la favela de Vila Cruzeiro y al Complejo del Alemán, un conjunto de barriadas pobres del norte de Río, donde estarían escondidos narcotraficantes del Comando Vermelho. El envío del contingente se produjo horas después de que el presidente en funciones brasileño, Luiz Inácio 'Lula' da Silva, autorizara el apoyo del Ejército en las operaciones antidroga y diera luz verde al uso de dos helicópteros de la Fuerza Aérea Brasileña y de 10 vehículos blindados.