POLONIA

La tragedia aérea de Smolensk envenena la vida política

EL accidente aéreo de Smolensk (Rusia) del pasado 10 de abril, en el que murieron el presidente de Polonia, Lech Kaczynski, y otras 95 personas, divide a la sociedad polaca, pero también al Gobierno de centroderecha del primer ministro y líder de Plataforma Cívica (PO), Donald Tusk. Nueve meses después de la tragedia, Polonia sigue atormentada y las teorías conspiratorias sobre el origen del 'crash' aéreo urdidas por sectores radicalizados de la derecha política y mediática envenenan la vida pública.


Gran parte del debate político gira en torno a la tragedia de Smolensk, principal caballo de batalla del ultraconservador partido Ley y Justicia (PiS) del hermano gemelo del difunto presidente, Jaroslaw Kaczynski, y la élite intelectual y periodística que lo apoya. El informe del Comité Interestatal de Aviación ruso (MAK) en el que se responsabiliza del accidente a la tripulación del avión siniestrado -un Tupolev 154 de fabricación soviética- e, indirectamente, al expresidente Kaczynski y al ex jefe de la Fuerza Aérea, el general Andrzej Blasik, ha enrarecido aún más el clima político.


Posiciones enfrentadas


El Gobierno de Tusk se encuentra entre la espada y la pared. Por una parte, tiene que hacer frente a los ataques del PiS y otros radicales de derecha; y por otra, intentar no entorpecer la nueva dinámica de relaciones con Rusia.


Algunos sectores sociales piensan que Lech Kaczynski fue el principal responsable de la tragedia, porque supuestamente obligó a la tripulación del avión a aterrizar en Smolensk, a pesar de las recomendaciones en contra de la torre de control debido al mal tiempo, y acusan al PiS de instrumentalizar la tragedia.


Para otras corrientes, el difunto presidente es un mártir asesinado por los servicios secretos rusos. Estos sectores denuncian al Gobierno de Tusk por su "gestión catastrófica" del accidente y creen que oculta la verdad a la población. Jaroslaw Kaczynski no tiene dudas de que "la responsabilidad política y moral" es del Ejecutivo liberal, y está convencido de que Moscú es culpable.


Las deficiencias de investigación por la parte rusa y ciertas anomalías desveladas por los medios polacos, como el hecho de que el avión siniestrado no estuviera asegurado o el saqueo de los cadáveres en Rusia, han hecho cundir la cólera en Polonia.


Donald Tusk rechazó por "incompleto" el informe oficial ruso sobre el accidente aéreo, pero después tuvo que admitir que los pilotos polacos pudieron ser los principales responsables de lo ocurrido.


Acusado de "traidor" por el PiS y otros sectores derechistas, Tusk, que se enfrenta este año a elecciones legislativas, intenta convencer a la ciudadanía de que su único objetivo es "buscar la verdad sobre el accidente" y defender "los intereses" de Polonia.