LOS DESASTRES DE LA GUERRA

La muerte detenida en Srebrenica

Hoy se cumplen quince años de la peor matanza de seres humanos en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Fue en Srbrenica, donde murieron más de 8.300 personas, la mayoría hombres musulmanes.

Dos trabajadores cargan un ataúd en Visoko.
La muerte detenida en Srebrenica
GERVASIO SáNCHEZ

Tal día como hoy, hace 15 años, comenzó en el enclave bosnio de Srebrenica la peor matanza de seres humanos en Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Los soldados holandeses, al mando del coronel Thomas Karremans, no evitaron que las tropas serbias del general Ratko Mladic, en búsqueda y captura por orden del Tribunal Penal Internacional de La Haya, separaran a los hombres en edad militar de las mujeres y niños y se los llevaran a lugares desconocidos.

Entre 8.372 víctimas, entre ellos algunos centenares de niños y menores y un puñado de mujeres, según cifras oficiales de la Comisión Internacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas (ICMP), y 10.500, dato barajado por la organización Madres de Srebrenica, desaparecieron durante los días posteriores a aquel aciago 11 de julio de 1995.

Durante años fueron abiertas centenares de fosas comunes donde se encontraron las víctimas enterradas de forma clandestina después de ser ejecutadas. Los miles de cuerpos fueron guardados en grandes naves en Tuzla y así comenzó un lento proceso de identificación.

El Memorial Centre de Potocari abrió sus puertas en abril de 2003 y allí fueron enterradas las primeras 603 víctimas identificadas. A escasos metros de donde se produjo la separación traumática ante la inoperancia de la ONU y la cobardía de los soldados holandeses.

Con las 775 víctimas que se enterrarán hoy el cementerio albergará a 4.500 musulmanes, incluidas siete mujeres, y a Rudolf Hren, el único católico al que se le ha buscado un espacio especial en primera fila a la sombra de un árbol.

A este ritmo habrá muy pronto más muertos que vivos en Srebrenica, ya que el cementerio tiene espacio libre para enterrar a otras 4.000 personas.

Reconocimientos

La ICMP asegura que 30.000 bosnios desaparecieron durante la guerra de los noventa. Desde el fin del conflicto, sus laboratorios han recogido unas noventa mil muestras sanguíneas pertenecientes a familiares de la inmensa mayoría de los desaparecidos y han analizado el ADN de 44.000 huesos.

Gracias a estas pruebas y los programas de alta tecnología, 13.000 personas han sido identificadas desde noviembre de 2001. La identidad de otras 3.000 fue posible utilizando métodos tradicionales.

Pero en las bodegas de Tuzla siguen embolsados los restos de otras 4.000 personas aún sin identificar y otras 10.000 siguen en paradero desconocido. Centenares de cuerpos fueron removidos por los verdugos y sus restos han sido encontrados hasta en tres fosas distintas. Hay unos 500 esqueletos incompletos ya identificados, pero las familias prefieren esperar a que aparezcan el resto de los cuerpos antes de enterrarlos.

Otros restos jamás podrán ser identificados, bien porque toda la familia fue aniquilada y no hay muestras de sangre o por la mala conservación de los huesos. Estos restos serán enterrados de forma individual en un mausoleo especial del Memorial Centre de Potocari cuando finalice todo el proyecto de ICMP en un plazo impreciso que podría superar los cinco años.

Amortajamiento

La empresa que dirige el cementerio de Visoko, el más avanzado de Bosnia con predios especiales para enterrar a personas de todas las confesiones y con una parte reservada a los ateos, es la encargada de realizar el amortajamiento de todos los cuerpos y su traslado a Potocarí.

Hace casi un mes, el 14 de junio, recibieron los primeros cuerpos identificados. Sesenta y cinco personas se han encargado de todos los preparativos. El embalaje es muy simple. En un sencillo ataúd de madera se colocan los huesos, las ropas y las pertenencias de la persona identificada, envueltas por un sudario blanco. Cada ataúd es cubierto después por un tapete verde, el color del Islam.

Los familiares de las víctimas no se opusieron a que se utilizara maquinaria para cavar las tumbas. Pero las filas de nichos fueron descartadas desde el principio porque el islam no acepta que una perdona sea enterrada encima o debajo de otra.

El Memorial Centre de Potocari se financia con fondos internacionales. Una pequeña parte es abonada por las dos entidades políticas y económicas que forman el actual estado de Bosnia-Herzegovina. Todo el proceso desde que abandona los almacenes del ICMP cuesta 330 euros por persona.

Los 775 cuerpos fueron trasladados el viernes a Potocari. La comitiva fúnebre partió a las diez de la mañana después de una ceremonia musulmana dirigida por varios clérigos. Un cura católico rezó un responso por Rudolf Hren.

La primera parada se realizó ante el ayuntamiento de Sarajevo. Centenares de personas prendieron rosas en los correajes externos de los camiones. Bosnios de todas las edades y condiciones acompañaron el paso del cortejo con plegarias y lágrimas. La segunda parada fue en Pale, la capital de los criminales y radicales serbios durante la guerra balcánica.

El convoy fúnebre, acompañado por decenas de motoristas y algunos periodistas, atravesó toda la entidad serbia hasta llegar al cementerio. Hace años se producían serios incidentes. Algunas lunas eran rotas a pedradas y los insultos eran permanentes.

Pero la indiferencia ha impuesto la paz.