El dirigente de Corea del Norte, Kim Jong Il, visitó ayer una fábrica de azulejos, según informaciones de la agencia estatal KCNA, en su primera aparición pública tras conocerse los últimos rumores que apuntan al debilitamiento del estado de salud del líder comunista a quien le diagnosticaron cáncer de páncreas en agosto del año pasado, según medios surcoreanos.

Kim visitó los interiores y exteriores del edificio y estuvo atento a las explicaciones de la construcción de la planta así como al proceso de producción de los azulejos y cerámica que allí se fabrican. En ese sentido, mostró su satisfacción por el trabajo realizado por soldados norcoreanos en las instalaciones.

Asimismo, aplaudió el desarrollo económico del país e hizo especial hincapié en la relevancia de la industria del metal, en concreto en la "fe inquebrantable de la población norcoreana que ha construido una gran y próspera nación", según la agencia norcoreana.

Kim apreció el esfuerzo de los trabajadores, técnicos y oficiales de la fábrica quienes desempeñan su trabajo "con espíritu de servicio al pueblo" al tiempo que subrayó la necesidad de aplicar tecnología avanzada en los procesos de construcción para "incrementar la calidad de los edificios y garantizar una mejora de las estructuras".

La agencia añade que el dirigente norcoreano se hizo fotos con el personal técnico de la empresa, aunque no especifica en qué parte del país se encuentraba. Kim viajó acompañado por el secretario general del Comité Central del Partido Comunista, Pak Nam Gi, así como por Hyon Chol Hae y Ri Myong Su, ambos generales del régimen.

Aunque el Gobierno de Seúl no había confirmado la supuesta enfermedad de Kim, los medios surcoreanos alertaron ayer de que la vida del dirigente se encontraba en peligro debido a un cáncer de páncreas que se le detectó el verano pasado, por la misma fecha en que sufrió un derrame cerebral, según informaron los servicios de Inteligencia estadounidenses y surcoreanos.