UNIÓN EUROPEA

Jean-Claude Juncker y Tony Blair se disputan la Presidencia de la UE

La batalla por el poder en el nuevo orden establecido por el Tratado de Lisboa está lanzada.

Con el Tratado de Lisboa pendiente aún de ratificación en la República Checa, la carrera por la Presidencia del Consejo de la Unión Europea, un puesto de poder clave en el organigrama europeo que resulta del nuevo tratado, está ya lanzada. Dos candidatos, el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker y el ex premier británico, Tony Blair, han entrado abiertamente en liza, aunque tras los telones se agitan varias candidaturas potenciales, la de Felipe González entre ellas, que solo emergerá oficialmente, esta última, si se revela como "la tercera del consenso" en el fragor de la batalla por el cargo que se anuncia para las próximas semanas.

 

Blair y Juncker representan dos modos muy diferentes de ver Europa, luego puede afirmarse sin ambages que la ancestral batalla entre la Europa de los mercaderes y la de la unión política subyace en ambas candidaturas, que pugnan abiertamente por la nominación.

 

A Blair le apoyó inicialmente Sarkozy pero su nominación, presentida desde que el Tratado de Lisboa cobró forma, es problemática: si este hombre presidiera Europa, viajaría por el mundo con un dinero en el bolsillo diferente del de la mayoría de los europeos, pues el Reino Unido no forma parte del euro. El Gobierno de Gordon Brown le apoya, consciente de que es la mejor ancla imaginable para su país en Europa, ante el cambio ideológico que se anuncia para las elecciones del año próximo. Pero, y precisamente por eso, los tories de Cameron no quieren saber nada del ex premier al frente de Europa. Reniegan de la candidatura, lo que la fragiliza de antemano.

 

En esta tesitura, Jean-Claude Juncker, el primer ministro luxemburgués, hizo ayer pública su disponibilidad para ocupar el cargo.

 

En una entrevista a 'Le Monde', este personaje, que se ha hecho acreedor del respeto del Consejo Europeo y que preside desde 2004 la reunión informal de los ministros de Finanzas que integran el Euro, desautoriza la opción Blair afirmando que el Reino Unido no ha realizado ninguna aportación significativa a la construcción europea estos últimos diez años.