Las fuerzas de Hamás, que controlan en solitario Gaza desde junio de 2007, han procedido a la detención de 32 simpatizantes y militantes del grupo rival Al Fatah, elevando así a casi 200 la cifra de arrestados en menos de una semana. Los objetivos esta vez fueron parte de los 180 hombres del poderoso clan Hilles, que el sábado por la noche huyeron con ayuda de Israel de la franja tras violentos enfrentamientos con los islamistas que dejaron 11 muertos, y que eran devueltos por el Ejército hebreo al territorio palestino.

Según fuentes israelíes, el presidente palestino y jefe de Fatah, Mahmud Abbás, que había pedido ayuda al Gobierno judío para estos refugiados, era quien apenas 24 horas después reclamaba su retorno a Gaza, en un intento por no ver debilitada aún más la escuálida presencia de su facción en la franja.

La caída en manos de Hamás de estos huidos de ida y vuelta ha desatado entre organizaciones humanitarias, como Human Rigths Watch, el temor a abusos y torturas, que se agravaba con las advertencias de un portavoz islamista. "Investigaremos a los que hayan infringido la ley, y los que sean inocentes serán liberados -explicaba Sami Abu Zuhri-, pero la fuga es la prueba de que han infligido la ley, puesto que prefieren someterse a la ocupación (de Israel) antes que permanecer en sus casas".

Según Hamás, entre los detenidos se encuentra Abu Ramsi Hilles, el responsable del atentado con coche bomba que el 25 de julio costó la vida junto a las playas de Gaza a cinco islamistas y una niña. Este ataque resucitaba los enfrentamientos intrapalestinos tras más de un año de relativa calma, y desencadenaba también las represalias de Fatah en el territorio que controla, Cisjordania, también en forma de arrestos de fieles a Hamás.