TIBET

El Dalai Lama advierte a la comunidad tibetana que corre "un gran peligro"

"Mi confianza en las autoridades chinas era cada vez menor", declaró en una concentración en Dharamsala (norte de India), donde más de mil exiliados tibetanos concluyeron el sábado una semana de discusiones sobre el futuro de su lucha.

La comunidad tibetana corre un "gran peligro" porque carece de una estrategia a seguir, advirtió este domingo el Dalai Lama, su líder espiritual en el exilio, al repetir que perdió su confianza en las autoridades chinas tras el fracaso de años de negociaciones sobre el estatuto de Tíbet. "Recientemente declaré que mi confianza en las autoridades chinas era cada vez menor", declaró en una concentración en Dharamsala (norte de India), donde más de mil exiliados tibetanos concluyeron el sábado una semana de discusiones sobre el futuro de su lucha. "En los próximos veinte años, si no tenemos cuidado con nuestros actos y nuestra estrategia, la comunidad tibetana estará en gran peligro", dijo el Dalai Lama, que pidió "proyectos innovadores para los tibetanos".


El líder espiritual y político budista, de 73 años, hizo su advertencia tras la reunión más importante en 60 años de la comunidad tibetana en Dharamsala, donde el Dalai Lama vive exiliado desde 1959. Durante los debates, una corriente abogó por radicalizar la posición de los exiliados tibetanos y reclamar no ya una simple autonomía para Tíbet sino la independencia. Pero esa estrategia fue descartada.


Los alrededor de 600 delegados reunidos acordaron el sábado alinearse con la llamada "vía media" que defiende el Dalai Lama, quien reclama una amplia "autonomía cultural" en lugar de la independencia. Realista, el Dalai Lama sabe que China nunca aceptará perder su soberanía sobre el Tíbet, que controla desde 1951. "Un determinado número (de exiliados) declaró que si la 'vía media' no da resultados en un futuro próximo, el pueblo tibetano se verá obligado a modificar su postura en vistas a una total independencia o una exigencia de autodeterminación", matizó el sábado Karma Chophel, presidente del Parlamento tibetano en el exilio.


Premio Nobel de la Paz en 1989, defensor de la no violencia al punto de que ha sido comparado con Gandhi, el Dalai Lama insiste hasta el cansancio a los seis millones de tibetanos en que conserven la calma frente al poder chino. Pero él mismo reconoció el fracaso de la reivindicación autonomista a fines de octubre y reveló que está reflexionando sobre una estrategia más radical que su diplomacia del compromiso con Pekín.


Emisarios del Dalai Lama y representantes chinos protagonizaron varios encuentros desde 2002, pero las últimas conversaciones, que mantuvieron a principios de noviembre en China, fracasaron. China aseguró que "nunca hará concesiones", ni siquiera de una "semi-independencia" del Tíbet.


El régimen comunista acusa a menudo al jefe espiritual de los tibetanos y a su "camarilla" de "esconderse" detrás de un discurso pacífico. Además, acusa al Dalai de haber "fomentado" los disturbios de marzo de 2008 en el Tíbet y en regiones vecinas para "sabotear" los Juegos Olímpicos de Pekín que se celebraron en agosto.


Al menos 203 personas murieron y un millar resultaron heridas durante la represión china de los disturbios, sobre todo en Lhasa, capital del Tíbet, según los exiliados tibetanos. China afirma que los "alborotadores" tibetanos mataron a 21 personas.