EUROPA

Bruselas pide a los centros educativos planes de igualdad para luchar contra la discriminación sexual

Todas las escuelas y universidades de la UE deben poner en marcha políticas de igualdad entre hombres y mujeres con objetivos bien definidos y sometidas al control de órganos independientes. Y los centros educativos que no lo hagan tienen que ser sancionados.


Esta es una de las principales recomendaciones de un informe elaborado por encargo de la Comisión Europea, que lleva por título 'Género y Educación', y que se hizo público este lunes. Su principal conclusión es que las diferencias y discriminaciones entre los sexos persisten en la educación, tanto por lo que se refiere a la elección de las carreras como en los resultados.


"Hay que obligar a las escuelas y las universidades a elaborar políticas de igualdad que sean objeto de un seguimiento regular y de una evaluación pública. Igualmente, deben imponerse sanciones a los centros que no pongan en marcha estas políticas", aconsejan los expertos.


El estudio constata en primer lugar que los chicos procedentes de la clase trabajadora, independientemente del grupo étnico o cultural al que pertenezcan, son los que tienen más posibilidades de padecer dificultades de alfabetización y de protagonizar casos de abandono escolar, en un porcentaje muy superior al de las chicas de su mismo nivel social.


Sin embargo, los chicos de clase media y alta no registran unas tasas tan altas de abandono escolar, por lo que los expertos subrayan que las diferencias entre sexos están estrechamente ligadas a otros factores como la clase social o la pertenencia a un grupo étnico o a una minoría.


Los expertos insisten además que el género sigue siendo un "factor determinante" en los estudios universitarios. El perfil de los cursos de matemáticas, ciencia y tecnología es principalmente masculino, mientras que el de los cursos de orientación sanitaria o social es "desmesuradamente femenino". Esta diferencia responde, según el informe, a factores a la vez culturales y organizativos.


Por ello, los técnicos recomiendan que se pongan en marcha programas para animar a las mujeres a inscribirse en cursos de matemáticas, ciencia y tecnología. También defienden redefinir las carreras sanitarias y sociales y promoverlas para que resulten atractivas tanto para los hombres como para las mujeres.


Tanto los padres como los compañeros tienen una gran influencia a la hora de reforzar las expectativas y los comportamientos estereotipados según el sexo. En contraste, la actitud de los profesores es "muy importante para facilitar el cambio", según el estudio.


Las desigualdades entre los sexos son particularmente evidentes en las funciones que implican el ejercicio de una autoridad y un poder: los hombres son mayoritarios en los puestos de dirección (beneficiándose de un salario superior) en todos los niveles educativos. Las mujeres necesitan modelos femeninos positivos que ocupen funciones destacadas en escuelas y universidades, afirman los expertos.


El estudio señala que la propia educación supone una auténtica oportunidad para combatir los estereotipos de lo masculino y lo femenino. Por ello recomienda que se imparta formación sobre la igualdad entre hombres y mujeres en todos los niveles educativos. También debe formarse en esta materia a los profesores.


En todo caso, el informe pone de relieve que la desigualdad entre los sexos es difícil de comprender y afrontar si se aísla de otras discriminaciones culturales, políticas, económicas y afectivas. "Cuanto más igualitaria es una sociedad en términos económicos y sociales, más elevada es la probabilidad de una igualdad entre hombres y mujeres en la educación", subraya el estudio.