Una supuesta amenaza nuclear rusa en el espacio desata la alarma en Washington

Un senador genera un revuelo, desmentido más tarde por el Kremlin, al sugerir que Moscú quiere poner en órbita un arma para destruir satélites.

John Kirby, portavoz de la Casa Blanca, en rueda de prensa
John Kirby, portavoz de la Casa Blanca, en rueda de prensa
JONATHAN ERNST

Fue un mensaje críptico del senador Michael Turner, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara Baja, el que puso este jueves al mundo en alerta. Según sus palabras, Estados Unidos "ha identificado un asunto urgente en relación a la capacidad militar extranjera para desestabilizar". Se trataría de una amenaza en el espacio por la capacidad nuclear que el presidente ruso Vladimir Putin estaría intentando conseguir para poder destruir satélites.

Nadie ha precisado exactamente la naturaleza de esta amenaza, de la que lo único que se sabe deriva de las especulaciones de los expertos. El Consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo estar "un poco sorprendido" por los comentarios de Turner, considerando que él mismo se había ofrecido a reunirse este jueves con los miembros de su comité para dar las explicaciones que requiriesen.

Todo apunta a que el republicano quiere utilizar la alarma para conseguir el apoyo de la Cámara a la renovación de la sección 702 de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (Fisa, por sus siglas en inglés), implementada en 2008 para espiar las comunicaciones en el extranjero. La votación de esta polémica sección de la ley fue pospuesta esta semana "para dar al Congreso más tiempo de alcanzar un consenso sobre cuál es la mejor manera de reformarla", dijo esta semana el portavoz del líder del Congreso Mike Johnson. El tiempo apremia, porque esta "potente herramienta" que el FBI considera "imprescindible" para la seguridad nacional expira el 19 de abril. La información sobre esa nueva capacidad armamentística nuclear en el espacio en la que trabaja Rusia habría sido obtenida a través de esa vigilancia.

El propio Turner añade que se trata de una amenaza a medio o largo plazo por la que "no es necesario apretar el botón del pánico ahora», puntualizó. Aún así, le parece tan preocupante que "el Congreso y el Gobierno necesitan enfocarse en ella", aunque "no hay necesidad de salir a comprar oro", bromeó. El líder del Congreso también pidió calma. "Puedo asegurarle al pueblo estadounidense que no hay necesidad para la alarma pública", dijo Johnson.

Documentos clasificados

Al tratarse de información clasificada, todo son especulaciones. Según los expertos consultados por NBC, se trataría de una ambición largamente perseguida por Rusia para desplegar armas nucleares en el espacio con capacidad de destruir satélites estadounidenses, lo que podría causar el caos. "Sabemos muy poco y los comentarios hasta ahora han sido muy, muy crípticos", dijo Bleddyn Bowen, profesor de la Universidad de Leicester y autor de un libro sobre la guerra en el espacio exterior.

El arma en cuestión no está operativa, pero su desarrollo se consideraría una violación del tratado de la ONU que impide poner en órbita armas de destrucción masiva. Algunos expertos creen que la alarma actual puede estar relacionada con el lanzamiento la semana pasada del satélite ruso Cosmos 2575. John Kirby, portavoz de Seguridad Nacional, manifestó más tarde que el Gobierno esperará a estudiar los documentos y contrastarlos incluso con Moscú antes de poder desclasificarlos y ponerlos en conocimiento del Congreso y los ciudadanos.

Las informaciones estadounidenses tuvieron su réplica desde Moscú donde el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que constituyen una "estratagema" de la Casa Blanca para lograr desbloquear las ayudas a Ucrania. "Washington trata por las buenas o por las malas de inducir al Congreso a votar a favor del proyecto de ley para asignar fondos a Kiev, esto es obvio", subrayó.

"El deseo de Rusia de enviar armas nucleares al espacio supuestamente se menciona en informes de Inteligencia entregados a los congresistas para su examen", dijo Peskov, quien mostró su intención de esperar a que Washington aclare qué tipo de datos manejan antes de hacer más declaraciones. Por su parte, el viceministro de Exteriores, Serguéi Riabkov, opinó que los rumores han sido producto de una "fabricación maliciosa".

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