División en Hamás por el secuestro de mujeres y niños

Un sector de la organización apuesta por liberar a las rehenes al temer que la crueldad de los vídeos difundidos por los milicianos establezca comparaciones con el ISIS y favorezca a Israel en su respuesta armada.

Soldados recogen a los fallecidos en el kibutz de Kfar Aza.
Soldados recogen a los fallecidos en el kibutz de Kfar Aza.
EFE

El secuestro de mujeres y niños ha creado discrepancias en el seno de Hamás, algunos de cuyos líderes consideran que las impactantes imágenes difundidas por las milicias desde la ofensiva del sábado perjudica sus objetivos y genera una corriente internacional favorable a la respuesta de Israel. Esta facción cree que tales acciones pueden hacer surgir comparaciones con Estado Islámico, una posibilidad que el propio primer ministro Benjamín Netanyahu ratificó en la tarde del lunes cuando, en una declaración a la nación, señaló que las "atrocidades" perpetradas por la milicia palestina "no se han visto desde las cometidas por el ISIS".

Los dirigentes críticos quieren liberar a las cautivas y los niños, según apunta este martes The Times, que recoge informaciones de las agencias de Inteligencia de Medio Oriente. Es posible, en este sentido, que la división haya sido el detonante de las conversaciones que estarían celebrándose en Cátar para dejar libres a las rehenes a cambio de 36 presas palestinas encarceladas en Israel. El Gobierno de Tel Aviv ha negado la existencia de tales negociaciones que, sin embargo, han sido confirmadas por distintas fuentes. En ellas participarían en un primer momento los mediadores cataríes y dirigentes de Hamás.

El Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Volker Turk, advirtió este martes que el "cerco total" a Gaza por parte de Israel "pone en peligro la vida de civiles" y, por lo tanto, "está prohibido" por el Derecho Internacional, de la misma manera que esta legislación "prohíbe la toma de rehenes. Turk exigió a la milicia que "libere de forma inmediata e incondicional a todos los civiles que han sido capturados", una reclamación con escasísimas posibilidades de ser atendidas puesto que, para Hamás, la captura de prisioneros israelíes supone un importante impulso propagandístico y una baza de negociación de cara a futuros intercambios de presos. La organización islamista ya ha anunciado, de hecho, que dejará libres a los entre 130 y 150 personas secuestradas este fin de semana si Tel Aviv excarcela a los 4.500 reclusos palestinos encerrados en los penales israelíes.

A la vista de la repercusión internacional que han tenido los numerosos vídeos difundidos por los combatientes, la facción más crítica piensa ahora en que ha cometido un error de estrategia y que el movimiento debería hacer un gesto destinado a cambiar esa percepción. Sin embargo, según menciona el rotativo británico en base a los informes de Inteligencia, parece muy poco probable que el ala mayoritaria de Hamás acepte esta idea.

Al parecer, la facción más dura cree que denotaría más debilidad que "humanidad", como esta misma mañana le ha requerido la ONU. Israel ha informado hoy que tiene en su poder los cadáveres de 1.500 combatientes palestinos muertos en los enfrentamientos de estos últimos cuatro días, lo que alentaría la importancia, para Hamás, de disponer del mayor número posible de cautivos a la hora de utilizarlos como moneda de cambio o perseverar en su amenaza de matar a los rehenes uno a uno si la aviación israelí sigue ordenando bombardeos masivos sobre Gaza sin previo aviso a la población.

La multidifusión de grabaciones sobre los ataques de los milicianos resulta especialmente aterradora en casos como la masacre del festival de música electrónica de Neguev o el asalto al kibutz Be'eeri, una sucesión de ametrallamientos indiscriminados que dejaron en ambos casos 360 cadáveres. Y otro aspecto que ha congelado la sangre de la comunidad internacional es la sucesión de secuestros de hombres, mujeres, adolescentes, niños y ancianos, a quienes se ve en múltiples ocasiones maltrechos, ensangrentados o incluso muertos mientras sus captores los llevan en dirección a Gaza.

Algunos expertos consultados por distintos medios internacionales aseguran que nunca hasta ahora Hamás había hecho pública una exhibición de atrocidades de semejante envergadura. En el imaginario colectivo permanecerán tristemente grabados para siempre los nombres de la joven germanoisraelí Shani Nicole Louk, cuyo cuerpo semidesnudo y politraumatizado es secuestrado por una horda de milicianos, o el de Shiri Silberman-Bibas, una madre de 30 años llevada por la fuerza junto con sus dos hijos pequeños de su casa cerca de la frontera. Son dos ejemplos.

Pero hay más. Este martes los medios se detienen en los rehenes que han podido morir en manos de los islamistas. The Washington Post trae a colación en caso de cuatro civiles, entre ellos una mujer, llevados en contra de su voluntad por un grupo de individuos. Una segunda grabación identifica los cadáveres de los cuatro cautivos desperdigados en el suelo, apenas unos metros más adelante.

Este tipo de testimonios desata la incertidumbre sobre la suerte de los desparecidos, pero también exacerba los ánimos de sus familiares. Un repaso a los medios israelíes se convierte en estas horas en un viaje al terror, la angustia y el pánico a recibir una llamada fatal o ver una grabación de móvil en la que aparezca un allegado ejecutado. Muchos se preguntan también cómo el ejército o los servicios de Inteligencia de Israel, que ya fallaron estrepitosamente al no detectar la ofensiva islamista, son ahora incapaces de seguir el rastro de los rehenes y desconocer, incluso, si pueden estar presos en túneles o sótanos que la aviación bombardea en Gaza.

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