Así es el tren de Kim Jong-un: blindado, con un centro médico y garaje con coches de lujo

El dictador norcoreano viaja en un lujoso ferrocarril totalmente blindado y equipado con un centro médico y un garaje donde lleva dos coches de alta gama.

El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, en primer plano, baja de su tren después de cruzar la frontera con Rusia en Khasan, a unos 127 kilómetros (79 millas) al sur de Vladivostok, Rusia.
El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, en primer plano, baja de su tren después de cruzar la frontera con Rusia en Khasan, a unos 127 kilómetros (79 millas) al sur de Vladivostok, Rusia.
EP

El presidente norcoreano, Kim Jong-un, eligió esta semana el tren, su medio de transporte favorito, para realizar su primer viaje al extranjero tras la pandemia. El lunes emprendió viaje hasta Vladivostok, a 500 kilómetros del puente que separa Corea del Norte y Rusia, para reunirse con su Vladímir Putin.

La seguridad parece ser el motivo principal de sus desplazamientos en tren, aparte de un fuerte apego a este medio de transporte que sufre una notable obsolescencia en Corea del Norte. Los ferrocarriles no son precisamente nuevos y las vías tampoco disfrutan de su mejor vida. Algunos de los trazados datan de la ocupación japonesa, entre 1910 y 1945.

El dictador ruso Josef Stalin le regaló un tren blindado a Kim Il-sung, abuelo del actual presidente norcoreano, en los años 50. El chino Mao Zedong también le entregó otro ferrocarril. A diferencia de su padre, Kim Jong-il, que aparentemente sufría pavor a volar, Kim Jong-un busca la máxima seguridad. El tren presidencial es lo más parecido a una fortaleza. Consta de 21 vagones.

Todos los norcoreanos lo conocen por sus distintivos colores, verde con unas tiras metálicas amarillas. Al revestimiento antibalas que recubre todo el ferrocarril se añaden unas planchas metálicas en los bajos capaces de soportar la explosión de una mina antitanque.

El convoy representa una dura prueba para las antiguas vías norcoreanas y viaja a velocidades extremadamente bajas debido a su peso. El trayecto en avión entre Pyongyang y Vladivostok dura aproximadamente una hora. Sobre raíles, se prolonga hasta veinte.

Plasmas y cuero rojo

Existen muy pocas imágenes del interior del tren presidencial de Kim. En ellas se ven grandes mesas de reuniones, televisores de plasma, ordenadores y salas con sillones de cuero rojo en habitáculos pintados de un blanco inmaculado que no pueden ocultar su carácter de vagón ferroviario.

Sin embargo, el lujo está bien presente, desde el personal que atiende al mandatario hasta los caprichos. Algunos cronistas afirman que el tren, además de un centro médico, cuenta con una sala de karaoke, una excelente bodega y una cocina capaz de elaborar platos coreanos, chinos, japoneses, rusos y franceses. Uno de los coches está habilitado como garaje. Kim lleva allí dos coches de lujo.

En cualquier caso, Kim Jong-un no fía únicamente su seguridad al blindaje del lujoso ferrocarril. En su trayecto le precede un centenar de agentes de las fuerzas de seguridad y el servicio secreto que revisan minuciosamente las estaciones, intersecciones y edificaciones próximas a la línea férrea. Además, una unidad circula por delante para garantizar la seguridad de las vías, la ausencia de obstáculos o cualquier indicio de sabotaje, a la que se une un grupo logístico de helicópteros y aviones militares responsables de vigilar y ofrecer cobertura al tren presidencial.

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